El fentanilo es un potente analgésico opioide sintético similar a la morfina, pero de 50 a 100 veces más potente.
Se prescribe para el dolor, pero también se fabrica ilegalmente: los expertos señalan que el fentanilo y otros opioides sintéticos son las drogas más comunes involucradas en las muertes por sobredosis.
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Que el fentanilo sea una droga sintética significa que, a diferencia de la heroína o la cocaína, puede fabricarse en un laboratorio sin necesidad de materias primas derivadas de plantas como la amapola o la coca.
El médico Agustín Díaz explica que, en cambio, está hecho con un compuesto llamado NPP (N-fenetil-4-piperidona) y una combinación de otras sustancias químicas, y se vende en polvo o en pastillas.
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De hecho, un informe de Vanguardia publicado esta semana encontró que drogas sintéticas como ‘Tusi’, ‘MDMA’, ‘LSD’, ‘Popper’, ‘Ketamina’ y fentanilo se distribuyen en el área metropolitana de Bucaramanga: 37.500 pastillas de estas drogas han sido incautadas por la Policía Metropolitana este año.
Expertos le cuentan lo que debe saber sobre estas drogas y por qué es necesario hablar de ellas.

El principal peligro de las drogas sintéticas es que quienes las toman no saben lo que contienen, ya que a menudo se fabrican en el extranjero y utilizan sustancias químicas peligrosas, que nunca se han probado en humanos.
El médico Alexander Rojas indica que muchos de los químicos usados en estas sustancias son venenosos, y potencialmente mortales.
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El experto señala que otro peligro de las drogas sintéticas es la correlación entre su uso y los problemas de salud mental asociados.
Debido a que a menudo nadie sabe qué productos químicos peligrosos se utilizan para crear las drogas, se generan problemas psiquiátricos con el uso prolongado. Como ejemplo, el uso de marihuana sintética a menudo se atribuye a problemas de salud mental o psiquiátricos en adolescentes o adultos jóvenes.

Se conoce como la “cocaína rosa” y fue creada en 1970, pero según un informe de Alessandro Ford para la organización Insight Crime apareció en el país a finales de la década de 2000, en Medellín, como un polvo blanquecino o una pequeña píldora llamada 2C-B y cuya traducción fonética, dio como resultado la palabra: primero ‘Tucibi’ y luego, ‘Tusi’.
Pero como este polvo duele al inhalarse, los distribuidores decidieron mezclarlo con un colorante rosado y aromático.
Ya para 2010 se empezó a comercializar en todo el país: para 2012 la élite capitalina la consumía. Hoy está al alcance de todos.
El médico Iván Sampedro dice que esta droga es llamada “la droga del sexo”, porque aumenta el interés sexual: dentro de los primeros 20 minutos a hora y media hay una mayor activación emocional y sensorial, alcanza su punto máximo en aproximadamente tres horas, cuando el “bajón” se produce.
Agrega que si bien sus efectos secundarios son convulsiones, ansiedad y malestar general, lo peor son las alucinaciones que se pueden presentar, lo que significa un potencial peligro para quien consume y para quienes están a su alrededor.

El fentanilo fue preparado y desarrollado por primera vez por el doctor Paul Janssen en 1959, bajo una patente de su empresa Janssen Pharmaceutica.
Como analgésico potente, se adoptó rápidamente en el entorno médico y en la década de 1960, se introdujo como anestésico intravenoso.
A mediados de la década de 1990 se desarrolló el parche de fentanilo, que podía administrar el fármaco a un paciente por vía transdérmica.
El médico Germán Arias recuerda que a principios del siglo XXI, el fentanilo en todas sus formas se había convertido en un analgésico ampliamente utilizado, proporcionando alivio del dolor a miles de pacientes. Sin embargo, su potencia lo hizo extremadamente vulnerable al mal uso, tanto accidental como de otro tipo, por lo que se desincentivó su administración médica. Y fue entonces que los distribuidores tomaron esta sustancia para llevarla a las calles.
En abril de 2016, la crisis del fentanilo cobró su primera víctima de alto perfil, el cantante Prince, aunque no quedó claro si estaba tomando fentanilo o no.