Especiales Vanguardia
  • construcción de la clínica comuneros
En medio de grandes retos y vicisitudes, los pasos que los pioneros de la salud emprendieron a comienzos del siglo pasado dieron un enorme salto en los años 80.

Fue en esa década cuando se cristalizaron los sueños de hombres ilustres como los médicos Virgilio Galvis Ramírez, Franklin Roberto Quiroz y Víctor Raúl Castillo.

Importantes acontecimientos en los últimos cien años han marcado el camino para llegar al reconocimiento internacional con el que hoy cuenta el sector salud de Santander.

Un repaso rápido lleva la mirada hacia 1919 cuando a falta de un sistema formal de atención, los médicos, formados en su mayoría en la Universidad Nacional, compartían sus labores atendiendo las dolencias de las familias amigas.

Además, una multiplicidad de obras de caridad se dieron paso para dar mejores condiciones de vida a una población que no superaba las 500.000 personas en todo el departamento.

El Hospital San Juan de Dios, primero en la ciudad y creado en 1853, fue el lugar donde las Hermanas de la Caridad usaron y aplicaron por primera vez la anestesia en Bucaramanga (primera mitad del siglo XX).

La Batalla de Palonegro en la que se reportaron uno 2.500 muertos y la epidemia de fiebre amarilla o vómito negro, como se le conocía, fueron dos de los grandes retos que tuvieron que enfrentar las Hermanas de la Caridad, quienes administraban el hospital San Juan de Dios de Bucaramanga, con los exiguos recursos provenientes en su mayoría de la buena voluntad, con los que además debían dar atención a mendigos, ancianos y desarraigados.

Hospital San Juan de Dios de Bucaramanga
Archivo y suministradas / VANGUARDIA. A la izquierda, el Hospital San Juan de Dios de Bucaramanga, que operó en esta sede desde 1853 a principios de los años 70. A la derecha, imagen del Hospital Ramón González Valencia.

Recuerda el médico Roberto Serpa Flórez en sus “Apuntes para la historia de la medicina”, algunos notables personajes y acontecimientos de principios y mediados del siglo XX, que contribuyeron con esta senda como la Botica de los Médicos, fundada por Francisco Pradilla y Martín Carvajal Bautista.

Este último, cabe recordar, ayudó a fundar el Acueducto Metropolitano y perteneció a la Junta Directiva del Instituto Psiquiátrico San Camilo, formó parte del cuerpo científico del Hospital San Juan de Dios y fue fundador del Colegio Médico de Santander.

Otros destacados santandereanos de todos los rincones del departamento fueron sumando a engrandecer el sector, como el malagueño Horacio Martínez Duarte, quien organizó el primer Banco de Sangre de Colombia; el bumangués Carlos Pérez Martínez, fundador de la Asociación colombiana para el avance de la ciencia y Clínica de Paladar Hendido; Jorge Ordóñez Puyana, pionero en el procedimiento de endoscopia, gerente de la Clínica Bucaramanga y gestor de la Clínica Santa Teresa; y el piedecuestano Isaías Arenas Buenahora, cofundador de la División de Ciencias de la Salud UIS.

Además, el médico Augusto Sarmiento Rosillo se convirtió en el pionero en las cirugías de trasplante de cadera, presidente de la Academia Americana de Ortopedia y dejó un legado para la humanidad al crear la llamada Férula Sarmiento, que reemplaza el yeso y es usada en todo el mundo.

La década de los 80 llegó con el desarrollo de importantes centros de atención como las Clínicas Materno Infantil San Luis, Metropolitana y Chicamocha, esta última hoy pionera en procedimientos de cirugía laparoscópica de puerto único, con reconocimiento de la sociedad de científicos de cirugía general en el país.

Primera sede de la Fundación Oftalmológica de Santander FOS
Archivo y suministradas / VANGUARDIA. Primera sede de la Fundación Oftalmológica de Santander FOS.


De talla internacional

El visionario médico oftalmólogo Virgilio Galvis Ramírez ha dado origen a uno de los más grandes complejos médicos de alta tecnología y desarrollo científico del país, que puso en el mapa latinoamericano a Bucaramanga y Santander: Foscal y Foscal Internacional.

Recuerda Ricardo León Franco, director general del complejo, que en 1979, en la esquina de la calle 34 con 28, comenzó a forjar el sueño de “Ayudar a que otros vean”, dando atención social en la naciente Fundación Oftalmológica de Santander.

Quince meses después inauguró su sede propia en barrio El Bosque de Floridablanca y llevó atención oftalmológica a todo Santander en un bus hospital donde operaron unos 20.000 pacientes.

Fundación Oftalmológica de Santander FOSCAL

En solo 10 años y con el apoyo económico del empresario santandereano Carlos Ardila Lülle, dio vida al complejo médico Foscal con servicios en cuidado intensivo, cirugía ambulatoria, helipuerto y los Centros de Alta Tecnología de Oftalmología, Cáncer y Enfermedades Hematológicas Virgilio Galvis Ramírez.

También se destacaron su Unidad de Radiología e Imágenes Diagnósticas y los equipos e infraestructura disponible para Medicina Nuclear, Ortopedia y Traumatología, Laboratorio Clínico, Neurocirugía, Otorrinolaringología, Audiología, Centro Urológico y Banco de Sangre, entre otros.

En un bus hospital que recorrió toda la geografía santandereana, la Foscal atendió unas 20.000 personas con problemas visuales.

“El sueño del doctor Galvis no paró allí e impulsó el mega proyecto Clínica Foscal Internacional cuyo Centro de Cáncer, por su avanzada tecnología, es el más importante de América Latina”, explica Ricardo León Franco.

Tal avance es reconocido por el MD. Anderson Cancer Center, primer centro a nivel mundial al cual la Clínica Foscal pertenece como parte de la red de instituciones hermanas conformada por 35 hospitales en 25 países de los cinco continentes, para desarrollar investigación y atención integral de la enfermedad.

Fundación Oftalmológica de Santander FOSCAL, Virgilio Galvis Ramírez

Paralelo a la época en la que Virgilio Galvis Ramírez daba forma a su sueño, otro se comenzaba a gestar en San Gil, liderado por el cardiólogo Franklin Roberto Quiroz, quien para la época ejercía como director del hospital San Juan de Dios de esa ciudad.

Corría 1980, recuerda el médico Quiroz, cuando comenzó a detectar serios problemas cardiológicos infantiles y buscó apoyo en el hospital North Shore de la Universidad de Long Island, para dar atención a esos niños de la provincia.

Allí se encontró con el médico Víctor Raúl Castillo, de cuya alianza se forjó lo que es hoy el complejo médico Fundación Cardiovascular de Colombia, FCV, y el Hospital Internacional de Colombia, HIC, ubicado entre los ocho mejores de Latinoamérica.

Complejo médico Fundación Cardiovascular de Colombia, FCV.

El proyecto comenzó con el programa de “Corazón a Corazón” en San Gil, bajo la dirección del médico Quiroz. Inicialmente trasladaba niños para operación en los hospitales North Shore y Milton Herchy Medical Center. El programa fue pionero en el tratamiento de enfermedades congénitas del corazón; tres años después vinieron misiones médicas para operar a los niños en Santander.

El programa “Corazón a corazón” que dio vida a la Fundación Cardiovascular fue pionero en el tratamiento de enfermedades congénitas del corazón y su modelo se replicó en diversas partes del mundo.

La idea de constituir la Fundación Cardiovascular comenzó a tomar forma cuando las misiones médicas no pudieron regresar por un ataque terrorista a un avión comercial en 1988, recuerda Víctor Raúl Castillo, presidente de la FCV y el HIC.

“Empezamos a cristalizar este sueño en 1990 y, desde entonces, pese a todas las dificultades que hemos tenido, porque empezamos alquilando quirófanos y hospitalización a la Clínica Bucaramanga, lo hemos logrado”, enfatiza.

Complejo médico Fundación Cardiovascular de Colombia, FCV.

En 1992, la FCV hizo parte de la Clínica Carlos Ardila Lülle con servicios diagnósticos e intervencionistas de cardiología y cirugía vascular periférica. En 1997 inauguró su nueva sede.

“Hoy tenemos un proyecto con dos hospitales (FCV y HIC) de clase mundial, acreditados con el modelo internacional Joint Commission International en Colombia, para una mejor calidad en diversas áreas, con los Institutos Cardiovascular, Cuidado de la Mujer, Neurológico, Cáncer, Ortopedia y Reumatología”, enfatizó Víctor Raúl Castillo, para quien el sueño más allá de tener un hospital grande, está en tener un complejo de atención médica grandioso.