Marco Antonio Ortiz Rey, de 37 años, perdió la vida el pasado jueves 11 de noviembre en el barrio El Poblado de Girón luego de sufrir una aparente caída.
Fue por medio de las noticias que circularon al día siguiente que Elizabeth Rey-su mamá-, supo que se trataba de él.
Aunque las autoridades no confirmaron su identidad de inmediato, puesto que no llevaba documentos y nadie en el sector dijo conocerlo, solo al ver las imágenes de los hechos lo reconoció por la sudadera que llevaba puesta.
“Sentí un calor por todo el cuerpo. Le dije a mi marido: ese es Marquitos.
“Me respondió que si fuera así ya nos hubieran llamado, que a él lo conocían. Mi hija fue a Medicina Legal con la cédula y sí, era él”, contó la progenitora.
Los hechos
Ese jueves en la noche las personas que transitaban por la carrera 26 con calle 45, vieron al hombre tambaleando, parecía que iba bajo los efectos del alcohol, se veía desorientado.
Luego vieron que entró a una tienda en la esquina de la calle 45. Allí pidió un vaso con agua, luego salió y continuó su camino en zigzag. Pero no llegó muy lejos. Dio tres pasos, perdió el equilibrio y se desplomó. Muchos hasta se rieron, presumiendo que de lo ‘borracho’ se había caído.
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¿Qué le pasó a Marquitos?
A los 18 años a Marco Antonio lo diagnosticaron trastorno afectivo bipolar.
Aún así, tuvo una vida normal. Terminó sus estudios de bachiderato. Su primer trabajo fue vender helados en un carrito, luego con su papá y por último, se dedicó a reciclar.
Según contó Elizabeth, Marco llevaba dos semanas consumiendo drogas.
“Lo veíamos con una pipa, como que fumaba bazuco y eso ya lo tenía bastante delgado.
“Salía a hacer sus vueltas, una que otra noche no llegaba a la casa pero esa última vez salió desde el miércoles en la mañana, en la tarde no se tomó sus medicamentos.
“Creo que él no estaba borracho sino descompensado por la falta de su medicina y porque no estaba comiendo.
“Dicen que pudo ser un infarto pero aún no se ha confirmado”.
La única certeza es el dolor de ausencia...