Varios sin sabores y una enorme tristeza quedaron en el barrio Villa Helena, al Norte de Bucaramanga, donde decenas de personas fueron testigos de un lamentable hecho. La vida de un niño de 4 años se ‘apagó’ al ser arrollado por un vehículo en la carrera 22A con calle 15CN.
Ocurrió hacia las 11:30 de la mañana. El pequeño, al parecer, salió corriendo detrás de otro menor. Se ‘lanzó’ a la calle.
Un automóvil Spark color rojo conducido por una mujer ‘se lo llevó’ por delante. Quedó herido de gravedad.
Hubo desespero entre los vecinos quienes intentaron auxiliarlo; poco a poco la vida se le escapaba.
Lo alzaron y lo embarcaron rumbo al hospital, pero habría ingresado sin signos vitales. La noticia fue devastadora para sus padres quienes no se encontraban en la vivienda.
El papá salió a trabajar y la mamá estaba en Villa Rosa inscribiendo en el colegio a los dos hermanitos. El niño se encontraba bajo el cuidado de una prima.
Con el alma destrozada aguardaron en el centro médico la llegada del Grupo de Criminalística de Tránsito de Bucaramanga, para el traslado del cuerpo a Medicina Legal.
“Se llevaron el carro a los patios y a ella (la conductora) le hicieron una prueba de alcoholemia”, manifestó Edwin Acuña, padre de la víctima. Aseguró que espera que se aclare qué pasó pues “tal vez no lo vieron (al niño) por no estar pendientes (del camino), si estaban haciendo algo como chatear”.
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Algunas versiones
César Augusto García Muñoz, uno de los testigos aseguró que el carro no transitaba con velocidad, “venía subiendo, pero lo arrolló. Las señoras se bajaron a auxiliarlo y quedaron en shock, sobre todo la que conducía. Esa muchacha no sabía ni qué hacer, se agachaba, se arrodillaba, se cogía la cabeza y decía: ¡Yo no lo vi, no vi de dónde salió!”.
“El niño quedó botado y nadie lo recogía. La familia no llegaba, entonces, como más o menos sé de primeros auxilios que nos enseñaron en la empresa, lo auxilié, lo alcé y le tapé la cabecita con un trapito, porque la tenía rota, ahí recibió el golpe”.
En el mismo Spark lo subieron, pero lo condujo una persona del barrio, “porque las señoras no eran capaces ni de manejar”.
“Al niño se le iban signos vitales, porque lo íbamos monitoreando. La verdad, ya iba muerto (por el tipo de herida). Cuando llegamos al Hospital ya pailas”, dijo el testigo. Fue así como de forma trágica un ser inocente perdió la vida, quizá jugando.