El expolicía de la ciudad estadounidense de Mineápolis (Minesota) Derek Chauvin, acusado del asesinato del afroamericano George Floyd, a quien mantuvo varios minutos presionándole el cuello con la rodilla, salió ayer de prisión en libertad bajo fianza.
Según registros penitenciarios divulgados por los medios locales, Chauvin, que se encontraba detenido desde mayo pasado y debe comparecer ante los tribunales en marzo próximo por la muerte de Floyd, fue liberado tras depositar una fianza de un millón de dólares.
Además: EE.UU. ‘no puede respirar’
El exagente fue trasladado ayer de la prisión estatal de la localidad de Oak Park Heights, en Minesota, a la cárcel del condado de Hennepin, en Mineápolis, de la que salió en libertad.
Chauvín es el último de los cuatro exagentes implicados en la muerte de Floyd que sale en libertad condicional a la espera de juicio, después de sus excompañeros Tou Thao, J. Alexander Kueng y Thomas Lane, presentes en la detención del afroamericano y acusados de complicidad en el asesinato por no haber hecho nada por evitarlo.
La muerte de Floyd suscitó manifestaciones contra la violencia policial en una veintena de ciudades de Estados Unidos, muchas de las cuales derivaron en desórdenes y saqueos, debido en parte a la crudeza de las imágenes de su detención, en la que Chauvin le presionó el cuello con la rodilla hasta que perdió el sentido.
El expolicía, de 44 años y que llevaba 19 en la Policía de Mineápolis, será juzgado por homicidio y homicidio en segundo grado en un tribunal del condado de Hennepin, en un juicio programado para 2021 que podría incluir a sus tres excompañeros.
Lea aquí: “Black Lives Matter”: ‘Puño en alto’ contra el racismo
Se teme que la liberación de Chauvin genere tensiones en Mineápolis, escenario en meses pasados de las protestas más violentas por la muerte de Floyd, con enfrentamientos entre policías y manifestantes, saqueos y disturbios.
Según medios locales, las autoridades de Mineápolis ya están alerta ante la posibilidad de nuevos disturbios, en una ciudad en la que muchos comercios siguen protegiendo sus escaparates con paneles de madera ante el temor permanente a un rebrote de violencia.