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Martes 26 de octubre de 2021 - 12:00 PM

El debate de vacunar a niños contra COVID-19 en medio de la inequidad

A medida que avanza la vacunación mundial, en medio de un escenario de desigualdad e inequidad en el acceso a las dosis, se abre paso la inmunización de los niños, una cuestión que no ha estado libre de polémica y reservas.

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Fotoilustración / VANGUARDIA
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Mientras la comunidad científica y la Organización Mundial de la Salud (OMS) piden un compás de espera, varios países ya han dado inicio a la vacunación de los niños menores de 12 años para protegerlos del SARS-COV-2.

Incluso, las farmacéuticas estadounidenses Pfizer y Moderna anunciaron este mes que los ensayos en sus respectivas vacunas contra la COVID-19 en niños en el rango de edad de cinco a 12 años son seguras y efectivas.

Como telón de fondo, está el debate sobre si es oportuno y conveniente vacunar en este momento a los niños, quienes corren menos riesgo de enfermar o morir, cuando hay muchas personas susceptibles de países alrededor del planeta que aún no han recibido la primera dosis contra el virus.

La postura de la OMS es clara: Priorizar a los grupos más vulnerables y distribuir vacunas a países más pobres antes de inmunizar a los más pequeños. Pese a ello, varios países han hecho caso omiso a lo recomendado por la OMS.

Chile, Israel, China, Argentina, El Salvador y Emiratos Árabes Unidos ya vacunan a los niños.

Israel, por ejemplo, fue el primero en el mundo en empezar a vacunar a niños desde los tres años, en agosto pasado. Chile fue el primer suramericano en inmunizar a los menores a partir de los seis años, en septiembre. Cuba ya lo hace con los pequeños de dos años en adelante. Y todo parece indicar que unos 28 millones de niños en Estados Unidos de entre cinco y 11 años serían elegibles para la vacuna el próximo mes.

María Fernanda Gutiérrez, viróloga de la Universidad Javeriana, está a favor de la vacunación en niños, en la medida en que se enfrentan a enfermedades graves, y los pediatras están alertando cada vez más sobre complicaciones que surgen cuando se contagian de la COVID-19.

A su juicio, es necesario que se vacunen, sumado al hecho de que los niños también transmiten el virus. “Si bien no les ataca igual, son fuentes de virus que llegan a las casas”, añade. Teniendo en cuenta la presencia de las variantes, particularmente Delta, Fernández considera que es importante que no esté circulando el virus ni en niños ni en adultos.

Si bien reconoce un grave problema el reparto de las vacunas, que no es equitativo.

Definitivamente hay un tema social y económico en torno al acceso a los biológicos, pero la viróloga opina que esa discusión no puede suscribirse a la vacunación de los niños, porque en últimas, lo importante es inmunizar a todos.

Dionne Cruz, presidenta de la Asociación Colombiana de Salud Pública, hace hincapié en que primero se vacunen a grupos de riesgo prioritarios, como personas mayores de 50 años, pacientes con comorbilidades, trabajadores de salud, o reclusos, entre otros, antes que pasar a los niños.

“Aún hay muchas personas de grupos de riesgo que ni siquiera tienen la primera dosis, y si se analiza con niños y niñas de seis a 12 años, en términos de salud pública no tienen ninguna comparación, primero atender a grupos prioritarios”, reitera.

Aunque la presidenta de la Asociación Colombiana de Salud Pública aclara que si se trata de niños con comorbilidades, o que presentan condiciones de riesgo (quimioterapia, pacientes renales o de transplantes de órganos) ese perfil debería tener prioridad, pues “se exponen al contagio y claramente hay que protegerlos”.

“Pero hablar de una vacunación masiva de niños menores de 12 años, cuando hay poblaciones que son susceptibles y tienen riesgo de enfermar y morir, realmente no estamos atendiendo los criterios de prioridad salud pública”, asegura Cruz.

En este contexto de pandemia, se plantea la cuestión más bien, de potenciar, por ejemplo, el programa de donaciones Covax a los países pobres para poner fin a la pandemia.

En ese sentido, Cruz señala que el mecanismo Covax, que ha enviado dosis a 144 países, es objeto de serios cuestionamientos, porque solo ha contribuido con el 5% de las vacunas administradas a nivel mundial, lo cual califica como una “vergüenza”.

“Se suponía que Covax estaba llamado desde su creación, en abril de 2020, a ayudar a que esas vacunas fueran repartidas de manera equitativa a los distintos países”, lamenta la experta.

De hecho, ya admitió que no llegará a las 2.000 millones que se fijó como meta para 2021.

Los indicadores de inequidad, a todas luces, son “aterradores” en la distribución de vacunas. Mientras el 98% de los habitantes de países pobres siguen sin inmunizarse, hay otros donde ya se aplica la tercera dosis y los esquemas cubren entre el 70 y 80% de la población, explica.

“Los gobiernos más poderosos prometieron donar 785 millones de dosis, y solo han cumplido con el 18% de esa entrega”, precisa Cruz.

Y sentencia: “Si seguimos dejando espacio al virus, pues seguirá mutando y ofreciendo unas máscaras cada vez más insospechadas que nos mantienen presos de la pandemia”.

En conclusión, la inequidad en la inmunización prolonga “innecesariamente” la COVID-19.

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Publicado por Ángela Castro Ariza

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