La tormenta Elliot, calificada como “única en una generación” por el servicio meteorológico nacional de los Estados Unidos (NWS, en inglés), ha causado gélidas temperaturas desde los Grandes Lagos, cerca de Canadá, hasta el río Grande (también llamado río Bravo), en la frontera con México.
Las fuertes nevadas y los vientos huracanados han dejado a miles de personas atrapadas en sus casas y en las carreteras, miles de pasajeros varados en Nochebuena por la cancelación de vuelos y miles de hogares sin luz por el colapso de la infraestructura eléctrica.
Según el recuento de la prensa estadounidense, más de 50 personas han fallecido durante los últimos días por los estragos de la tormenta, cerca de la mitad en el noreste del estado de Nueva York, donde se encuentra Búfalo.
El número de muertos en ese estado asciende a 27, 18 de ellos en Búfalo, aunque las autoridades prevén encontrar más muertos en las próximas horas. Los cuerpos fueron hallados en vehículos, en casas y en la calle.
Experiencia santandereana
En diálogo con Vanguardia, Lyda Valladares, bumanguesa que vive en New Jersey (EE.UU.) desde hace 12 años, contó que el frío es extremo, que viven temperaturas por debajo de los -10 grados centígrados. “No es tanto la nieve, es el frío extremo lo que nos mantiene confinados”, aseguró Valladares.
Explicó que el 23 de diciembre llovió, salió el sol y cayó nieve, pero el frío fue inclemente, añadió. “Nos abastecimos de comida y gasolina. Salimos a trabajar con mucha cautela, como nos dicen las autoridades, porque uno se expone a accidentes de tránsito como se ve en los videos”, explicó Valladares.
Esto contrasta con el testimonio María Paula Ruiz Castro, una joven santandereana que también reside en esa ciudad desde hace más de un año. Ruiz aseguró que el 23 de diciembre las temperaturas descendieron a -24 grados centígrados: “El clima es variable, se cae la temperatura todo el tiempo. Las alertas se dan desde la mañana, pero todo es variable. Lo bueno es que las autoridades están atentas a las necesidades de los transeúntes”.
Por su parte, Iván Ramírez, radicado en Baltimore (EE.UU.), aseguró que no han sufrido por el exceso de nieve, pero la noche del 25 de diciembre, el frío fue extremo. “Tuvimos una temperatura de -14 grados centígrados esa noche”, comentó Ramírez. Contó además que, a pesar de usar la calefacción, es casi imposible bajar las temperaturas al interior de las casas y que si no se abren los grifos cada cierto tiempo, el agua se congela en las tuberías. “Si las tuberías se congelan, de un momento a otro se estallen y se inundan las viviendas”, explicó.
Jennifer Vega, quien actualmente está radicada en Saskatchewan, ciudad ubicada en el centro de Canadá, contó que desde hace varias semanas las temperaturas están por debajo de -10 grados centígrados. Explicó que, si bien este clima es normal en esa zona del país, lo cierto es que se esperaba un descenso mayor en la temperatura en enero, no en diciembre.
Comunicadora Social y periodista. Magíster en Ciencia Política y profesora universitaria. Entre 2006 y 2014 me desempeñé como periodista en Vanguardia. Me fui a ser docente de periodismo en la UNAB hasta que, en octubre de 2022, regresé a este diario como editora y creadora de contenidos digitales. Desde 2017 soy moderadora de conversatorios en Ulibro Bucaramanga y en 2018 decidí unirme a la red de periodistas que estudian, cubren y escriben sobre la migración en América Latina. La miniserie documental “Silvia Galvis, huellas y letras” es fruto de una pasión que cultivo gracias a la lectura, la fotografía, el cine y todo aquel que quiera contarme alguna historia.
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