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Viernes 06 de agosto de 2021 - 12:00 PM

La montaña rusa de secuelas de la COVID-19

La pandemia de la COVID-19 ha planteado una nueva preocupación entre la comunidad científica mundial: Qué es el síndrome poscovid La vacuna podría aliviar los síntomas que persisten Hay cura para las secuelas

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Fotoilustración / VANGUARDIA
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Si usted superó el SARS-CoV-2, y aún tiene síntomas persistentes seis meses después, está sufriendo el síndrome poscovid o Covid prolongado.

El llamado Covid largo o “Long Covid” es hasta ahora uno de los aspectos más desconocidos de la pandemia, que ya suma más de 200 millones de contagiados alrededor del mundo. Afecta la calidad de vida, la salud mental y hasta el empleo.

Desde el comienzo de la pandemia, en marzo de 2020, la comunidad científica se ha dedicado a investigar cuánto duran sus efectos, desentrañar sus causas, identificar sus secuelas y entender qué es este síndrome, que sin lugar a dudas, representa un complejo reto para el sistema de salud de los países.

Una figura famosa que padece COVID-19 prolongado es el británico Lewis Hamilton, líder actual de la Fórmula Uno. Luego de ocho meses de haber superado la enfermedad, sigue sufriendo sus secuelas. Los mareos y la fatiga han marcado sus entrenamientos.

Hasta el momento ya hay una lista de 203 síntomas poscovid: fatiga, dolor de cabeza, pérdida del gusto y el olfato, insomnio, mareos, dolor articular, depresión, estrés, trastornos de atención, inmunológicos, neurológicos y cardiovasculares, e incluso afectación en la piel, caída del cabello y cambios en la córnea del ojo, entre otros.

Además no es lo mismo cuando una persona ha estado hospitalizada o en cuidados intensivos, y ha padecido un impacto grave de la enfermedad durante largo tiempo, que cuando no.

En conjunto, este espectro clínico se denomina síndrome poscovid, que perdura más de 12 semanas después de la enfermedad aguda, explica Juan Manuel Anaya, director del Centro de Estudio de Enfermedades Autoinmunes (CREA) de la Universidad del Rosario.

En el caso de Colombia, hay cerca de 4,7 millones de pacientes “recuperados” de la enfermedad, pero se desconoce qué tan recuperados están, y cuántos sufren de un Covid prolongado, anota Anaya, quien es coordinador de la Unidad Poscovid de la Clínica del Occidente en Bogotá.

Sin embargo, un estudio realizado a los primeros 100 pacientes consecutivos, por parte de la Unidad Poscovid de la Clínica del Occidente, liderada por el CREA de la Universidad del Rosario, arrojó que este síndrome se caracteriza principalmente por un compromiso músculo-esquelético, pulmonar, digestivo y neuro-psiquiátrico.

“Es evidente, por lo tanto, que afecta considerablemente la calidad de vida a de los pacientes que lo sufren”, subraya el experto Anaya.

Entonces, ¿Cómo combatir la COVID-19 pensando en la poscovid?

La mejor respuesta, según Dionne Cruz, presidenta de la Asociación Colombiana de Salud Pública, es la prevención.

Define la prevención como la principal estrategia en materia de salud pública para evitar que más personas tocadas por este virus, puedan sufrir síndrome poscovid o efectos adversos que ha acarreado el paso por la enfermedad.

Cruz estima que un promedio de ocho de 10 personas contagiadas de la COVID-19, presentan aún síntomas persistentes.

Esta situación, a su juicio, significa una carga de enfermedad alta para cualquier país, sumado a que “tiene un impacto sobre la vida plena y productiva, y por supuesto sobre el sistema de salud que debe reestructurarse en función de atender a los pacientes” de forma integral.

Esta opinión es compartida por Carlos Guerrero, coordinador del Laboratorio de Biología Molecular del Virus de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia.

En ese sentido lo considera “un desafío porque los médicos tienen que estar preparados para que todos los pacientes que sufrieron Covid, puedan quedar con síntomas que pueden ser aparentemente no relacionados”.

Ahora bien, el doctor Guerrero asegura que combatir la COVID-19 a largo plazo dependerá de las causas, los síntomas y el área afectada del paciente.

Todo lo anterior, teniendo en cuenta que es un síndrome que obedece a un proceso de inflamación crónica, aunque no se han determinado completamente sus causas.

Causas que pueden ser directas porque afectan uno o varios órganos; o indirectas, por la ‘tormenta’ de citoquinas, sustancias que libera el cuerpo intentando controlar el proceso infeccioso del virus, describe el experto.

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Publicado por Ángela Castro Ariza

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