Estas pastillas serían el primer tratamiento oral contra la COVID-19 más sencillo de usar que otros intravenosos y uno de los primeros pensados para casos leves de la enfermedad, los que no requieren en principio hospitalización.
La Organización Mundial de la Salud, OMS, aplaudió ayer la firma de un acuerdo con la farmacéutica alemana Merck que permitirá que otras compañías produzcan su pastilla contra la COVID-19 para ayudar a que su producto llegue a millones de personas en los países más pobres.
La Unitaid, una asociación auspiciada por la OMS, mostró su satisfacción por el acuerdo de licencia voluntaria con Merck para facilitar el acceso mundial asequible al molnupiravir, un nuevo medicamento que podría recomendarse para el tratamiento de la COVID-19 de leve a moderado en personas adultas.
Si se aprueba, será el primer medicamento oral para pacientes no hospitalizados con el virus en fase leve a moderada.
El acuerdo de licencia, firmado entre la farmacéutica estadounidense y Fondo de Patentes de Medicamentos, es un paso hacia la creación de un acceso más amplio al fármaco lo antes posible, al permitir a los licenciatarios de genéricos, de cualquier parte del mundo, preparar suministros y crear versiones más asequibles del medicamento contra el virus de Merck.
El molnupiravir, un antivírico oral en fase de investigación, redujo el riesgo de hospitalización o muerte por COVID-19 en un 50% en los resultados anunciados este mes de un ensayo clínico provisional de fase 3, y está pendiente de que los organismos reguladores autoricen su uso.
A mediados del presente mes, la OMS había expresado que analizaba los datos de eficacia del tratamiento oral en pastillas contra la COVID-19 desarrollado por la farmacéutica alemana, aunque anticipó que “podría ser una nueva arma en la lucha contra la pandemia”.
“Es un progreso interesante, aunque aún tenemos que ver los datos completos”, señaló en rueda de prensa el portavoz de la OMS, Christian Lindmeier tras conocerse que Merck solicitó a los reguladores estadounidenses que se apruebe su uso de emergencia.
Por su parte, Médicos Sin Fronteras (MSF) indicó que el nuevo fármaco puede ser un gran avance especialmente en países en desarrollo donde la vacunación aún es baja, pero pidió para ello que Merck y otras firmas se aseguren de que este tipo de tratamiento esté disponible a un precio asequible en todo el mundo.