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Martes 18 de enero de 2022 - 12:00 PM

Revelan al sospechoso de señalar el escondite de Ana Frank a los nazis

Arnold van den Bergh, un notario judío de Ámsterdam, protagoniza la trama de traición que resultó en la deportación de Ana Frank en 1944 al campo de exterminio de Auschwitz. El miembro del Consejo Judío podría ser quien reveló a los nazis el escondite de la joven de 15 años, a cambio de protección para su propia familia.

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Un notario judío de Ámsterdam sería el supuesto responsable de la acusación que le costó la vida a la joven judía. FOTO: ANNEFRANK.ORG
Un notario judío de Ámsterdam sería el supuesto responsable de la acusación que le costó la vida a la joven judía. FOTO: ANNEFRANK.ORG

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Un notario judío de Ámsterdam sería el supuesto responsable de la acusación que le costó la vida a la joven judía. FOTO: ANNEFRANK.ORG

La identidad de quien habría sido culpable fue conocida, por una nota anónima, por el padre de Ana –Otto Frank–, pero el hombre ocultó el dato por temor al antisemitismo de la posguerra, según una investigación internacional que salió publicada en el libro “La traición de Ana Frank”, de Rosemary Sullivan.

“En ese momento, su escondite en Ámsterdam fue desvelado al Jüdische Auswanderung (”Emigración Judía”), JA, que organizaba las deportaciones a Alemania y Polonia) (...) El JA tenía una lista completa de direcciones que él había proporcionado”, indicaba la nota de 1945. Además, en una entrevista posterior, Otto Frank mencionó que los judíos “le habían traicionado”.

La Policía neerlandesa hizo dos grandes investigaciones, una en 1948 y otra en 1963, ambas centradas en uno de los trabajadores del almacén, Wilhelm van Maaren, como principal sospechoso de informar sobre el paradero de la familia Frank, pero ninguna mostró evidencias concluyentes para determinar su culpabilidad.

La nota anónima

La copia mecanografiada de la nota con el nombre Van den Bergh (1886-1950), que ya estaba en una lista de posibles traidores, fue localizada en el expediente de la investigación de 1963, que fue llevada a cabo por el detective Arend van Helden.

Una veintena de expertos forenses, entre ellos criminólogos, psicólogos, analistas de datos, científicos forenses y un agente jubilado del FBI, Vince Pankoke, se movilizaron en 2017, ayudados por técnicas policiales modernas y por inteligencia artificial, en busca de resolver “el caso abierto más antiguo de la historia”.

No hay pruebas de ADN ni imágenes de vídeo que sirvan de evidencia para implicar a Van den Bergh, pero esta “teoría tiene una probabilidad de al menos el 85%”, defendió Pankoke.

El argumento: el notario habría accedido a una lista de escondites elaborada por el Consejo Judío y se la guardó como “un seguro de vida”. Ahí estaba también el Anexo Secreto, una extensión de un almacén que se situaba en el número 263 de Prinsengracht de Ámsterdam.

Además, tenía acceso a los funcionarios alemanes y actuó como notario en la venta forzosa a nazis de la colección de arte de Jacques Goudstikker. Durante la guerra, su familia recibió un indulto temporal para evitar su deportación a los campos de concentración, un estatus especial del que fueron despojados más tarde.

Las conclusiones de la investigación todavía no han sido revisadas por expertos independientes, aunque el director de la Casa de Ana Frank, Ronald Leopold, subrayó que el análisis es “muy bueno y cuidadoso”; sin embargo, cree que faltan piezas importantes del rompecabezas y “se necesita más investigación” sobre esta teoría.

“Hay que tener cuidado con colocar a alguien en la historia como un traidor a Ana Frank, si no se está 100 o 200 por ciento seguro de ello”, añadió.

Otros expertos en Países Bajos también se han mostrado críticos en la televisión pública, considerando esta conclusión “una suposición” por la falta de una prueba irrefutable.

Ana Frank murió en febrero de 1945, con 15 años, en el campo de concentración de Bergen Belsen, en Alemania, y su diario narra lo ocurrido durante su escondite entre 1942 y 1944 en un refugio de un edificio en el centro de Ámsterdam.

El libro fue encontrado y publicado más tarde por su padre, Otto, como un importante testimonio de esa época.

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Publicado por EFE

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