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Viernes 22 de marzo de 2019 - 12:00 PM

Seguimos siendo felices

Desde 2013, se celebra el Día Internacional de la Felicidad cada 20 de marzo, gracias a una resolución de la ONU. El ranking de los países mejor y peor posicionados en felicidad en el mundo.

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Tomada de Internet  / VANGUARDIA
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¿Qué hace que Finlandia sea el país más feliz del mundo, y, Sudán del Sur sea el más infeliz?

Aunque no existe una “receta mágica” de lo que puede ser una “intangible” felicidad, hay ciertos criterios que permiten determinar si un país brinda las condiciones para que sus habitantes sean felices o no.

Un informe de la ONU así lo revela. Se denomina “World Happiness Report”, elaborado con base en tres años de encuestas sobre cómo se sienten los ciudadanos en 156 países. Es el séptimo que se publica y estuvo a cargo de la Red de Soluciones para un Desarrollo Sostenible.

En concreto se tienen en cuenta variables tales como: soporte social, expectativa de vida de salud, capacidad de libertad para tomar decisiones, percepción de que se sientan generosos o perciban generosidad, percepción de corrupción interna y externa, percepción del futuro y PBI per cápita.

De nuevo, Finlandia repite en el primer puesto de la tabla, con un total de 7.769 puntos, seguido por tres de sus vecinos escandinavos: Dinamarca (7.600), Noruega (7.554) e Islandia (7.494).

Finlandia, país de los 190.000 lagos, con más bosques en Europa, tercero en el mundo en calidad del aire, y con un permiso de paternidad que se extiende hasta los seis meses, reúne las condiciones para que sus ciudadanos se sientan plenos y felices.

La otra cara de la moneda es Sudán del Sur, país africano inmerso en una guerra civil desde hace cinco años y que ya ha cobrado 400.000 muertos. Adicionalmente, según la ONU, el 60% de su población corre el riesgo de hambruna.

Camila Castillo, profesora de la Cátedra Ser Feliz del Instituto de la Familia de la Universidad de La Sabana, señala que lo que más llama la atención de Finlandia, es que si bien no tiene los más altos PIB per cápita, sí goza de altos ranking de soporte social, expectativa de salud, toma de decisiones y especialmente percepción de futuro.

De hecho, menciona que este país, con cerca de 5,5 millones de habitantes y con un PIB per cápita de 24.900 euros, ha centrado sus políticas públicas de desarrollo en los ranking de felicidad.

Ahora bien, destaca otros factores como el buen gobierno, la compasión y la generosidad.

Y sobre éste último, Castillo detalla que uno de los indicadores de felicidad es el servicio, argumentando que los actos de generosidad diarios están directamente relacionados con un alto nivel de satisfacción de vida.

Otro aspecto a destacar, en el caso de Finlandia, es que tiene el mejor sistema educativo del mundo, apunta Constanza Triana, coach profesional y directora de Vera Ikona Consultores, firma especializada en entrenamiento empresarial en habilidades blandas.

“Lo más valioso es que no entienden la educación como ir a la primaria y llegar a la universidad, sino como un estilo de vida que los lleva a estar aprendiendo cosas nuevas toda la vida”, dice.

En general, describe que los países escandinavos, arriba en el listado de felicidad mundial, tienen tres cosas en común: son estables políticamente, son seguros socialmente y gozan de equidad.

Triana considera además, que no es accidental, que al revisar docenas de estudios internacionales siempre aparezcan punteando en temas de igualdad y educación, sus dos grandes ejes como sociedad.

En ese sentido, Castillo añade que los colegios no imparten más de cuatro horas diarias de estudios, ni dejan tareas a los estudiantes, “porque tienen la idea del poder de un cerebro concentrado máximo cuatro horas, porque el resto del tiempo deben ocuparlo a la familia, a jugar, divertirse y dedicarse a otras cosas”.

Son los mejores educados a nivel mundial y por ende, son adultos después sanos mentalmente porque han cultivado otras áreas de su vida, resalta.

A todo lo anterior, se le suma que también son las naciones con las menores brecha de equidad de género en el mundo, agrega Triana.

Jorge Iván González, profesor de Economía de las universidad Nacional y Externado de Colombia, también se refiere a la riqueza como una condición necesaria para la felicidad y la estabilidad social.

En esa línea, asegura que los niveles de ingreso de la sociedad, los bajos niveles de desigualdad así como la confianza de los ciudadanos hacia las instituciones del Estado, también desempeñan un papel importante en el grado de satisfacción de las personas.

Es decir, no solo importa que la economía de un país crezca o sea rico, si no más bien cómo ese crecimiento impacta positivamente la vida de los habitantes. Todo se resume en calidad de vida.

Lo que más cuenta

En cuanto a los países de América Latina, donde el mejor ubicado es Costa Rica en el puesto 13, Castillo resalta que la parte social está en lo más alto del listado aunque ha logrado nivelarla con el aspecto económico.

Según ella, el estudio de la ONU ha demostrado que uno de los pilares de la vida plena y significativa es tener las relaciones humanas positivas, frecuentes y satisfactorias. Y esto se aplica particularmente en esta región del mundo, a diferencia de los países escandinavos.

Potencias, mal paradas

Aunque pueda parecer insólito, ninguna de las mayores potencias se ubica en el top 10 de la lista de los países más felices. Reino Unido quedó en el lugar 15, Alemania es 17, Estados Unidos llega al 19, Japón se ubica en el 58, Rusia está en el 68, y China, al fondo de la tabla, en el 93.

Al respecto, Castillo explica que países como China y Japón han mostrado altísimo desarrollo económico a costa de su población. Es más, dice que en Japón se da un fenómeno peculiar, y es que la gente se muere trabajando, literalmente de cansancio.

Triana, por su parte, observa que “tener buenos ingresos y sentirse libre ya no es una certeza en el Reino Unido; sentir confianza por los políticos tampoco es real en Alemania; la esperanza de vida tampoco es real en Japón que tiene la tasa de suicidio más alta en los últimos 30 años, y la generosidad no brilla en China mientras está sumergida en formas de reactivar la economía incluso aumentando el gasto y bajando aranceles”.

En conclusión, Castillo insiste en que dos cosas lo hacen a uno feliz en la vida: las relaciones significativas y frecuentes, y la salud. En últimas, es feliz una persona que ha percibido relaciones satisfactorias y que, además, ha tenido estilo de vida de salud.

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Publicado por Ángela Castro Ariza

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