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Alexander Arciniegas
Miércoles 23 de septiembre de 2020 - 12:00 PM

La paz de Trump

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Los acuerdos de Abraham entre Emiratos Árabes Unidos (UAE), Bahréin e Israel fueron presentados por Trump y Netanyahu como un paso para pacificar Medio Oriente; narrativa a la que, para variar, se sumó el presidente Duque. Pero, un balance de ganadores y perdedores con este pacto y de sus implicaciones en la dinámica de poder regional reduce tanto optimismo.

Para comenzar EAU y Bahréin siguen el ejemplo de otros países árabes como Egipto y Jordania y al formalizar sus vínculos poco disimulados con Israel, buscan favorecer el turismo y el comercio. En el caso emirati, con uno de los Ejércitos mejor armados de Oriente Medio, y clientes importantes de la industria bélica estadounidense, el acuerdo con Israel también fue facilitado por la promesa de Washington de permitirles acceso a armas avanzas como el bombardero F-35.

Israel gana reduciendo su aislamiento regional, afianzando su principal estrategia desde la primera árabe israelí: la fuerza. Al tiempo que Netanyahu estructura una alianza contra su mayor enemigo regional: Irán; en medio de una delicada situación interna debido a serias acusaciones de corrupción, protestas y a una mala gestión de la pandemia.

Trump, quien fue crucial en el acercamiento de Netanyahu y Bin Zayed, sus dos viejos aliados, se beneficia cohesionando el voto evangélico pro Israel para su reelección y prosigue su cerco sobre Irán.

Teherán que no por casualidad firmó recientemente un acuerdo con China incluyendo aspectos económicos, científicos y militares, ve este movimiento de las monarquías del golfo como una traición a los países islámicos; a la causa palestina y como una nueva amenaza pues Estados Unidos e Israel podrían usar las bases de UAE para atacarlo.

La Autoridad Nacional Palestina y JAMAS, los mayores perdedores en esta historia, ven como los cálculos electorales y geopolíticos de Trump; complican aún más, la solución de su prolongado conflicto con Israel por Jerusalén y los asentamientos judíos en Cisjoradania y Gaza; condenados por el derecho internacional. Así, la solución del conflicto israelí palestino sigue siendo la gran asignatura pendiente para una verdadera paz en Oriente Medio hoy quizás, más lejos que nunca.

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