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Alexander Arciniegas
Miércoles 26 de mayo de 2021 - 12:00 PM

Marta Lucía: La Vice y Canciller

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En el momento de mayor pérdida de prestigio internacional, el gobierno ha nombrado como Canciller a la Vicepresidenta Marta Lucía Ramírez. La verdad, me preocupan los antecedentes del reemplazo de la fantasmagórica Claudia Blum. Para no ir muy lejos, fue “Martuchis” quien en 2019 culpó a Rusia de instigar las protestas en Colombia; teoría conspirativa que sin ninguna prueba seria, revivió el impresentable ministro de Defensa.

Dicen que la “vice” aceptó la Cancillería para mostrar su compromiso con el gobierno y, además, porque el malestar social de las últimas semanas, hundió la que sería su tercera candidatura presidencial. Pero, no parece descabellada la hipótesis del senador Benedetti en el sentido que, Marta Lucía se mantuvo en la Vicepresidencia porque cree que Duque se puede caer.

Más allá de las intrigas palaciegas, lo cierto es que este gobierno, que ya tuvo embajador con finca cocalera, ahora pone al frente de sus relaciones exteriores a una defensora de la mano dura contra las drogas, con un hermano condenado por narcotráfico en Estados Unidos. Y lo que es más grave, alguien que según la investigación del periodista Jeremy McDermott, tuvo negocios, aún no explicados de manera convincente, con “Memo Fantasma” o Guillermo León Acevedo Giraldo, cuyo pasado criminal se remontaría a las épocas de Escobar y quien en 2020 fue señalado por el fiscal Barbosa como un narcoparamilitar.

La Canciller se estrenó con dos actuaciones repudiables a la luz de la Democracia y los Derechos Humanos, que dan pistas nada alentadoras sobre lo que serán sus prioridades. Primero, arremetió de manera irresponsable contra el Acuerdo de Paz culpándolo del Paro Nacional y luego, salió a negar la visita de la CIDH para verificar los abusos de la fuerza pública en las protestas, afirmando que es necesario esperar que los órganos de control, de cuya independencia muchos dudamos en este país, “terminen de hacer su tarea”.

Me preocupa que con “la tarea” de los órganos de control pase lo mismo que con la actuación de la Fiscalía en el caso de “Memo Fantasma”, quien parece sentirse protegido en Bogotá, donde hoy vive tranquilamente.

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