Hoy más que nunca es claro que necesitamos de las artes para paliar los efectos psicosociales de la pandemia. El teatro, la danza, la música, la literatura, las artes visuales y audiovisuales son poderosos factores de resiliencia, pero también de identidad y progreso material e inmaterial.
Tristemente en Santander, como pasa a nivel nacional, la cultura sigue siendo tratada como la cenicienta. Es el caso de La Convocatoria MotivArte 2021 lanzada por la Secretaria de Cultura y Turismo y cuestionada por todos los profesionales de la Mesa de Artes de Santander quienes consideran que fue hecha a sus espaldas.
Según el sector cultural, los montos económicos ofrecidos en esta convocatoria desconocen la realidad de la producción artística. Por ejemplo, para proyectos de teatro de sala se contemplan “incentivos” por valor de cinco millones de pesos, cifra irrisoria comparada con los estímulos de Mincultura; a la que además, deben restársele los gravámenes nacionales y departamentales. Un segundo cuestionamiento, apunta a la experiencia e idoneidad del operador Corporación Galería Urbana Metropolitana. Esta entidad, nunca ha administrado una cuantía comparable a los 1.300 millones de pesos de la convocatoria que extrañamente, se dirige solo a personas naturales excluyendo a los grupos culturales constituidos y a las personas jurídicas, lo que también contraviene las políticas del Mincultura. En tercer lugar, MotivArte 2021 establece para las propuestas unos requisitos que por su generalidad desconocen los mínimos criterios estéticos y conceptuales de las distintas disciplinas artísticas.
Estos estímulos que ahora en la gobernación llaman incentivos, habían venido adjudicándose anualmente desde 2010 contando con el apoyo operativo idóneo y sobre todo, transparente de la UIS y la UNAB. En buena medida porque estas universidades seleccionaban los jurados, encargados de premiar las propuestas, entre las facultades de artes a nivel nacional y no únicamente del departamento, como se pretende ahora.
Esta convocatoria improvisada y tan cuestionada, agrava el olvido en que el gobernador Mauricio Aguilar ha mantenido a los artistas del departamento en estos años pandémicos. Ojalá en el “Palacio Amarillo” escuchen sus inquietudes. Caso contrario, espero que la Procuraduría intervenga, para que no vuelvan fiesta la poca plata que se destina a la cultura en Santander.