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Alvaro Beltran Pinzón
Domingo 26 de abril de 2020 - 12:00 PM

Imaginarse la educación

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Siempre se ha estimado que la educación es el medio idóneo para superar las diferencias y brechas sociales y precisamente, con motivo de la emergencia suscitada por la pandemia del coronavirus, han salido a flote todo tipo de inequidades y desigualdades en el aparato educativo.

En tal sentido, es oportuno destacar las angustias que soportan profesores y estudiantes de instituciones educativas públicas de zonas periféricas, suburbanas y rurales, las cuales comienzan por la ausencia de conexión a Internet o ser muy deficiente, carecer de computadores o teléfonos inteligentes y no haber recibido capacitación para el uso de plataformas y herramientas tecnológicas. Los escolares no cuentan con elementos esenciales como un espacio en su vivienda para desarrollar las labores y sus padres no tienen el saber ni la disposición para apoyarlos en los procedimientos. Los maestros se han visto obligados a multiplicarse para atender simultáneamente veinte llamadas telefónicas e impartir algunas indicaciones a sus educandos, enviarles mensajes por WhatsApp y fotocopias en camiones recolectores de productos agropecuarios.

Sin embargo, este incompleto muestreo de dificultades, además de develarnos la cruel realidad de nuestra sociedad, también nos puede ofrecer la posibilidad de idear respuestas adecuadas. Descubrir que es viable adquirir conocimientos desde el propio entorno y sin penosos desplazamientos, gracias a las TIC, es un hallazgo que deben aprovechar maestros y alumnos para cambiar la forma de interacción. Las soluciones han de canalizarse a través de los medios que usan los estudiantes; es apropiado utilizar la radio y la televisión, más aún cuando la señal web se podrá retransmitir por la banda de TV; así como explorar caminos alternativos para generar innovadores procesos de aprendizaje. La ampliación del cubrimiento de Internet y el suministro de tabletas o celulares habilitados con planes de datos, subsidiados por las empresas prestadoras del servicio, es inaplazable, acompañados, claro está, de la instrucción correspondiente. Esta situación inesperada nos ha puesto a la vista uno de los problemas que requieren urgente atención para corregir la profundización de nuestras inequidades. Decía Albert Einstein: “El verdadero signo de la inteligencia no es el conocimiento sino la imaginación”.

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