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Diva Criado
Sábado 06 de junio de 2020 - 12:00 PM

George Floyd, una realidad latente

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A la misma velocidad de la expansión del coronavirus, llegan noticias de la expansión de los manifestantes por la indigna muerte de George Floyd, el afroestadounidense que murió bajo custodia policial en Minneapolis. Indudablemente un mal síntoma del sustrato racista y xenófobo que continúa vivo en Estados Unidos.

El hecho se ha convertido en un estallido mundial. Miles de personas se hacen eco del movimiento “Black Lives Matter” (“Las vidas negras importan”), extendiéndose como el fuego y pidiendo el fin de la discriminación racial. Los disturbios en el país norteamericano, son, según entendidos, los más graves reportados desde 1968, cuando fue asesinado el líder por los derechos civiles Martin Luther King Jr.

La corriente, “Las vidas negras importan”, denuncia desde el 2013, la violencia policial contra la comunidad negra en Estados Unidos. Trascendió en el 2014, cuando un episodio similar al de Floyd, sucedió en New York, tras la muerte por asfixia de Eric Garner, un vendedor ilegal de cigarrillos, arrestado por el oficial Daniel Pantaleo, quien utilizó una técnica de estrangulamiento prohibida por la policía y había sido demandado en dos ocasiones por maltrato racista, el oficial salió libre de cargos.

Pero la imagen que hemos visto del policía blanco, poniendo su rodilla sobre el cuello de George Floyd, hasta asfixiarlo, es la evidencia de una realidad latente de la población afroestadounidense y Latina en el país norteamericano. La larga lista de víctimas del uso excesivo de la fuerza a manos de agentes de la policía sobre hombres y mujeres, son evidentes, el racismo y la xenofobia arraigados en la sociedad, sumados a la violencia policial, ponen sobre la mesa, tres problemas coexistentes, racismo, xenofobia y violencia policial, tanto que muchos estudios demuestran que las muertes por estos hechos, constituyen un problema de salud pública.

Este último caso, visible al mundo, no deja indiferente a nadie, bueno, es un decir, porque parece que a Donald Trump, sí. Lo digo, por su reacción temeraria cuando llama “matones”, a los manifestantes y con sus discursos de odio, sin medir las consecuencias, amenaza con dispersarlos con la mano dura del ejército, en su forma habitual de comunicarse, en un twitter, expresó: “Cuando comienza el saqueo, comienzan los disparos” nada de raro que, por las próximas elecciones, quiera congraciarse con sus votantes blancos y supremacistas.

Pero nada más acertada que la frase de Jacob Frey, alcalde de Minneapolis: “la indignación de los manifestantes, no es solo por la muerte de George Floyd, sino por cuatrocientos años de racismo acumulado, su muerte, debe llevar a un cambio de justicia y de sistema”.

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