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Viernes 15 de julio de 2022 - 12:00 PM

La guerra del borsch

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Hasta La sopa ucraniana de remolacha “borsch”, declarada recientemente patrimonio inmaterial de la humanidad por la UNESCO, ha sido motivo de conflicto entre Ucrania y Rusia.

Sobre la sopa, tan popular en los países postsoviéticos, se libra desde hace años una auténtica batalla, con imputaciones de apropiación cultural por parte de Kiev, frente a las pretensiones moscovitas.

El “borsch”, tradicional plato de Ucrania, se prepara con una base de caldo de carne, remolacha y repollo, aderezado con crema agría. El origen ucraniano lo reconocen veteranos historiadores, que coinciden que se extendió a los países vecinos a mediados del Siglo XVI.

En el dossier de solicitud para la Unesco, la historia se remonta a 1548. Consta la existencia de un mercado de “borsch” cerca de Kiev y fueron los emigrantes ucranianos quienes mostraron la sopa al mundo.

La moscovita Elena Molokhovets, publicó en 1861, el libro de cocina: “Regalo para las amas de casa jóvenes”, muy popular en los hogares rusos de clase media y aristócrata. Reeditado varias veces, recientemente en 2003, identificó la sopa de remolacha como inequívocamente ucraniana.

William Pokhlyobkin (1923-2000), escritor y experto en cocina rusa, también menciona en sus libros, el origen ucraniano del “borsch”.

Aludía a que, el gobierno intentó establecer una cocina común en el período de la URSS en sus territorios, desconociendo los orígenes geográficos de las recetas. Leonid Brezhnev, secretario general del Partido Comunista de la URSS, que presidió el país de 1964 hasta su muerte en 1984, era fanático de la sopa, responsable en cierta forma, de su señalamiento como un símbolo culinario ruso.

A simple vista, la cosa puede parecer para algunos, un asunto baladí. Para otros, una simple sopa; sin embargo, para los ucranianos el borsch, es todo un símbolo de identidad.

La solicitud de petición para que se declarase patrimonio cultural inmaterial, fue presentada en 2019. En abril de este año, Ucrania pidió a UNESCO, el procedimiento de emergencia -nunca antes activado-, subrayando que la guerra ponía en peligro ésta tradición culinaria ancestral. La sopa no hubiera logrado reconocimiento en la Unesco, sin la obsesión que el plato genera en el Chef Yevhen Kloptenko, de origen ucraniano. Es un activista de la cultura culinaria, uno de esos jóvenes cocineros inquietos e innovadores, restaurador de platos tradicionales, que investigó hasta lograr su identidad. Entrevistado por televisión, mencionó que el “borsch” ha sido durante siglos un alimento diario en la cocina ucraniana.

Enterado de la decisión de la Unesco, Oleksandr Tkachenko, Ministro de Cultura ucraniano, indicó: “La victoria en la guerra del ‘borsch’ es nuestra”.

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