Mientras escribo esta columna, pienso en el futuro que les espera a los niños y niñas del mundo. Inevitable no pensar en mis pequeños nietos. Expertos advierten, que es la primera vez que toda una generación crecerá en un mundo cada vez más peligroso e incierto a causa del cambio climático y la degradación del medio ambiente.
Una pregunta está en el tintero ¿Somos conscientes, que no debemos arrojar a las calles, al campo y al mar, equipos de protección individual (EPI)?
En un intento por frenar la pandemia, en muchos países la mascarilla y los guantes desechables se han convertido en cuestión de tiempo en dos prendas obligatorias, pero su uso, ha hecho que muchas calles vean nacer un nuevo tipo de basura, el plástico desechable como equipos médicos, botellas y hasta desinfectantes, ha traído uno de los efectos colaterales de la pandemia, graves problemas al medio ambiente.
Habida cuenta de la extrema gravedad del asunto, países como Francia e Inglaterra, se proponen tomar medidas drásticas para hacer frente con sanciones pecuniarias, arrojar objetos a la vía pública, causa grave perjuicio a la salud pública.
Imágenes en la Costa Azul, de un grupo de ecologistas franceses esta semana, alertaron sobre la enorme proliferación de desechos sanitarios en el fondo del mar, son mascarillas y guantes de plástico, que se tiran a las calles y alcantarillas y terminan en el mar.
Advierten que estamos ante una catástrofe ecológica superlativa. Señalan que no imaginaron que esta nueva contaminación fuera tan rápida, pues hace tan solo unas semanas del uso de los EPI. Recuerdan que una mascarilla desechable, puede tardar más de cuatrocientos años en desintegrarse.
Biólogos de Current Biology, indicaron que, el plástico acaba poblándose de algas y bacterias cuando lleva tiempo suficiente en el agua y termina oliendo a comida para las tortugas. Indicaron que, si la basura plástica se acumula en el océano y libera olores tentadores en masa, el aroma abrumador podría ser suficiente para atraer a las tortugas desde la distancia.
Pero en las calles de Londres, el tema llamó la atención de Keep Britain Tidy, una organización benéfica ambiental que ha denunciado la irresponsabilidad de quienes arrojan los EPI a la calle, habiendo papeleras en cada esquina. Indican que esas personas asombrosamente irresponsables, cometen un grave error, porque podrían estar contaminadas y arriesgan no solo, a recolectores de basura que están en primera línea de contagio, sino a toda la sociedad.
La portavoz de la Comisión Europea de asuntos medioambientales, Vivian Loonela, indicó que es muy pronto para evaluar el impacto del coronavirus en la cantidad total de residuos plásticos generados este año y aunque estoy de acuerdo con ella, creo que conocer los problemas ayuda a ser más conscientes de que cada pequeño gesto importa. Con el reciclaje adecuado y responsable podremos contribuir a solucionarlo; otra alternativa son las campañas de sensibilización, indicando la forma correcta de reciclar los equipos de protección individual. Mientras tanto, no arrojes el tapaboca y los guantes a la calle.
