Parece existir una estrategia internacional para catapultar a las derechas, o mejor, ultras, para conquistar el poder en muchos países, en los que las crisis de democracia los amenazan con fuerza. Esos países son casi todos, cada uno con sus problemáticas particulares, aunque con algunos denominadores comunes, de manera que es muy difícil establecer generalizaciones. Queda claro que todas las tendencias radicales de las derechas tienen un tinte nacional populista, pero muchas izquierdas también lo exhiben, creando un caos impresionante y una confusión general, con lo que el viejo modelo nazifascista -con múltiples disfraces- tienen la cena servida. Y esa es otra de las características: las múltiples denominaciones, siempre eufemísticas y encubridoras, es decir con un amplio recurso a la mentira política, con el arte de simular/disimular, y con un aparente abandono de la bipolaridad izquierda/derecha No es raro ver que los ultras de derechas no tienen ningún problema en adoptar y apropiar posturas que se creían monopolio de la izquierda, en terrenos como el cambio climático, o el tópico del cambio social y las perpetuas reformas , ya ni siquiera apelando a ofertas socialistas o anticapitalistas.
La bipolaridad izquierda/derecha ya no parece decir nada, pero lo que se denomina “izquierda” lleva la peor parte, sufre una verdadera crisis de creatividad, de ausencia vergonzante de crítica, y de meter en un mismo costal todo un batiburrillo de supuestas izquierdas. ¿Cómo es posible y creíble que regímenes como el de Nicaragua, Venezuela y Cuba, sigan presentándose como de “izquierda”, para mayor beneficio de los ultras nacional populistas, y sus avances firmes en la conquista del poder? El único remedio es la critica y la consecuencia de esa crítica ¿o hasta cuando va a aguantar América Latina?
Post Scriptum. La generosidad del Maestro Botero con Medellín es inmensa. Ha hecho una nueva donación al Museo de Antioquia; la serie “Via Crusis” y el producido del libro que reproduce esa serie. En Bucaramanga todavía no hemos entendido qué significa “La mujer desnuda” del parque San Pio, y por eso se la trata con total desprecio y descuido. Libro que debería estar en todos los museos. Lo grave es el precio, entre cuatro mil y ocho mil dólares.
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