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Felipe Zarruk
Sábado 21 de mayo de 2022 - 12:00 PM

La Cenicienta y el príncipe azul

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Después del sorteo bastante particular realizado por la Dimayor hace ocho días para armar los grupos con los equipos que van a buscar el título del primer semestre en el fútbol colombiano, cientos de especialistas y analistas fijaron sus miradas en el grupo A, el cual tiene como integrantes a Millonarios, Nacional, Junior y, por supuesto, al Atlético Bucaramanga, el cual llegó tarde al salón de clases para el examen final, sudando frío, con el compás y la calculadora en la mano para presentarlo y el profesor casi no lo deja ingresar.

Recién llegó Armando Osma, los números del equipo fueron buenos, pero a medida que se acercaban los parciales, el onceno bumangués decayó en su rendimiento y, entre Liga y Copa, de los últimos 18 puntos, solo consiguió 5, lo que hizo pensar que no le alcanzaba para presentar el parcial y todo indicaba que debía rehabilitar la materia.

Durante toda la semana los programas de radio y televisión se dedicaron a hablar del ‘grupo de la muerte’ y casi todos los comentaristas coincidieron en advertir y pronosticar con estadísticas en la mano, que de este grupo va a salir el nuevo campeón del balompié colombiano y que Atlético Bucaramanga será la mismísima Cenicienta, a la cual se la van a comer como carnada los hambrientos tiburones de Juan Cruz, la van a convertir en mazamorra con la cual ‘bajan’ la bandeja paisa los del ‘Arriero’ Herrera y cuando Cenicienta ya esté pasada de copas, la va a terminar amacizando el príncipe azul del ‘sonero’ Gamero.

Tengan mucho cuidado, porque estos equipos que llegan a última hora pasando por debajo del alambre de púas, se les meten al potrero y les roban no solo las vacas... ¡también la leche!

En el mundo del fútbol se habla de la ‘Scaloneta’, que no es otra cosa que la Selección Argentina dirigida por Lionel Scaloni, quien asombró a propios y extraños comandando a los albicelestes para que ganaran la Copa América 2021 en Brasil y los clasificó con números espectaculares al mundial de Catar en el cual van a partir como favoritos. Aquí se habla de la ‘Piripineta’, ya que los hinchas del Atlético hicieron juego con el apodo del técnico del Bucaramanga, Armando Osma, a quien en la década del 60 lo marcaron con ese mote, siendo muy niño.

No sobra escribir y hasta aclarar que no hay parecido alguno con la ‘Scaloneta’. Ellos tienen un gran arquero como ‘Dibu’ Martínez. ¡Portero de talla mundial! Bucaramanga no se queda atrás, aquí ataja Chaverra, quien es el ángel guardián de un equipo que tiene una defensa muy floja y una de la más goleadas del campeonato. Pero Juan Camilo se ha convertido en el eje emocional del equipo, sacando balones increíbles y, de no ser por él, Bucaramanga estaría en el fondo de la tabla. Aparte es muy callado y serio. Nada que ver con el bocón de Martínez. Ellos tienen al ‘Fideo’ Di María, un zurdo exquisito y quien fuera de hacer goles, lanza centros endemoniados para que sus compañeros anoten. Por este lado del mundo hay un ‘macarrón corto’, su nombre es Juan Marcelín, quien con garra, lucha e ímpetu juvenil, se ha ganado la confianza de los técnicos y el cariño de la afición gracias a sus goles salvadores. De Messi no vamos a profundizar porque todo el mundo sabe quién es. Pero en la Cordillera Oriental hay un zurdo llamado Sherman Cárdenas, que con el paso de los años alcanzó su grado de madurez y hoy conduce con clase y una muy buena actitud al Bucaramanga. De sus botines han salido 8 pases gol para que Dayro Moreno haya anotado 8 de sus 10 goles con la blusa del Bucaramanga. Se entienden a la perfección y, aunque Dayro no es Dybala, se ha convertido en una bala a la hora de correr y escapar del alcance de los defensores rivales.

Que los rivales se cuiden porque de pronto Cenicienta los puede terminar bailando y como dijo Dayro: “¡Aquí hay goles pa’ las nenas y goles pa’ los nenes!”

Ojalá los integrantes de la ‘Piripineta’ jueguen con el alma, le brinden más alegrías a su noble afición, pero no vayan a dejar el zapato olvidado en la fiesta porque los necesitan para ‘correr en la altura’ y ‘estar a la altura’ del compromiso que tienen. Pueden perder partidos, ¡pero no pierdan el honor!

Un abrazo y hasta la próxima.

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