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Felipe Zarruk
Martes 26 de octubre de 2021 - 12:00 PM

No enfrentan a cualquier Pereira

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Hace casi 13 años, exactamente en el mes de noviembre de 2008, Atlético Bucaramanga sellaba su tercer descenso y como dato curioso también en la ciudad de Pereira. En noviembre de 1994 el equipo ‘Leopardo’ aunque le ganó al cuadro ‘Matecaña’ 1 a 0, se iba por primera vez al desconocido campeonato de la Copa Concasa. El Tuluá permanecía en la Primera División y el equipo dirigido por ‘Kiko’ Barrios y Jorge Ramoa se fue a la B por un solo gol.

En el 2008 la historia fue distinta, porque muchos jugadores de aquel misterioso plantel se habían vendido, salvo los santandereanos comandados por ‘Michi’ Sarmiento y Sherman Cárdenas, entre otros. Allí, lloraron a moco tendido por culpa del dolor que les causó el descenso, junto a los paraguayos González y Franco, los que militaban ese año en el cuadro auriverde, cuyo administrador era José Augusto Cadena, un muchacho gris de ingrato recuerdo para los hinchas búcaros.

En el césped del Hernán Ramírez Villegas han quedado lágrimas por parte de jugadores e hinchas a quienes solamente basta con mencionarles el nombre de ese hermoso estadio y de una vez les corre un viento cargado de electricidad que les eriza la piel y les causa rabia, porque producto de ese descenso, el Atlético Bucaramanga conoció los sótanos del infierno durante 7 años.

Nadie desconoce que es una plaza bastante dura para el Bucaramanga y sobre todo en este momento en donde el Pereira dirigido por Alexis Márquez, desata toda la contundencia de su ataque como si estuvieran poseídos por el espíritu de una furia guaraní heredada por décadas, ya que el onceno de la Perla del Otún trajo al fútbol colombiano cientos de paraguayos a sus filas con muy buen suceso y fabricando grandes campañas en el balompié colombiano, como la del recordado kínder de César López Fretes.

Craviotto, el técnico del Bucaramanga conoce esa plaza, también a un equipo al cual ascendió y dirigió hasta hace pocos meses, luego aquí no hay misterios. El cuadro bumangués debe ir a jugar con ciertas precauciones con dos ítems por delante: que un empate le sirve y el otro es un encarecido favor, las pocas o muchas opciones que tengan durante el partido las metan.

Demuestren el profesionalismo esta noche en el Hernán Ramírez Villegas y entiendan que se juegan el partido del año, tengan presente queridos jugadores del Bucaramanga que hoy es a Santa Rosa o al charco, mejor dicho, si no ganan hoy, no van a ningún ‘Pereira’ como reza el dicho popular. Sherman sabe lo que es llorar y sufrir allí, esperamos verlo sonriente después de los 90 minutos. No es ir a buscar revancha de algo que ya pasó, es ir a comandar una manada de ‘Leopardos’ que deben salir con hambre de triunfo para regalarle una alegría a una hinchada cansada de llorar y de sufrir durante muchos años. Un abrazo y hasta la próxima.

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