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Isaí Fuentes Galván
Martes 16 de junio de 2020 - 12:00 PM

Una propuesta inicua

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Tener una vivienda propia ha sido el anhelo de millones de colombianos durante muchos años como única esperanza para salir de la pobreza. Liberarse de la esclavitud de pagar un arriendo significó para muchos la posibilidad de ahorrar y mejorar sus condiciones de vida.

Por eso la discusión sobre las bondades de la “hipoteca inversa” propuesta por el gobierno para supuestamente dar solución a aquellas personas sin ingresos y sin posibilidad de acceder a una pensión, más que un debate jurídico, económico o social, es un debate ético por no decir moral acerca del papel y los fines del estado.

Considero inicuo que un estado incapaz de garantizar el derecho al trabajo digno de sus ciudadanos, razón por la cual estos no lograron cumplir los requisitos para una pensión de vejez, les ofrezca ahora como alternativa tener que hipotecarles a los bancos lo poco que lograron capitalizar durante su vida productiva so pretexto de garantizarles una renta hasta el día de su muerte.

Es inmoral que un Estado que no cumple su finalidad de garantizar los más elementales derechos a sus asociados, como el trabajo, la salud y la pensión de vejez, que grava con toda clase de impuestos a los más pobres, que dilapida los recursos públicos subsidiando a los más pudientes ora permitiendo que se los roben para luego encubrirlos con la más absoluta impunidad, venga ahora a hacer negocio con la necesidad de los pobres haciendo una propuesta capciosa que enriquecerá más a los banqueros y perpetuará per saecula saeculorum la pobreza de los que nunca tuvieron nada.

Pero además los bienes que antes pasaban al ICBF por el quinto orden hereditario ahora pasarán a los bancos. Pierden los niños también.

Que la propuesta no es obligatoria, que es opcional: ¿tienen esos ancianos otra opción?

Es curioso que el “negociazo” haya surgido justo cuando se proponía la necesidad de una renta mínima vital a cargo del estado.

La hipoteca inversa además de inicua es inmoral, capciosa y mentirosa, con ella pierden nuestros ancianos y niños y solo ganan los banqueros.

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