Publicidad

Jaime Forero Gómez
Viernes 31 de julio de 2020 - 12:00 PM

Santurbán y la salud

Compartir
Imprimir
Comentarios

En un conversatorio de salud realizado, con algunos estudiantes posdoctorados del instituto Karolinska, me preguntaban con más preocupación que muchos profesionales bumangueses sobre el impacto que significaba para la salud de la región el hecho que se hiciera minería a gran escala en un páramo como Santurbán. No entendían cómo la clase política permanecía callada ante una amenaza para la vida, al realizar este proyecto absurdo. Preguntaban si había “mermelada” de por medio, único argumento no racional para apoyar un proyecto suicida. No entendían cómo con tantas imágenes trágicas de destrucción irreversible de áreas geográficas extensas en otros países, desaparición de toda forma de vida y desplazamiento forzado de habitantes, existían personas que apoyaban la destrucción de este paraíso, a costa de la vida de los habitantes de la región. Uno de los panelistas mencionaba volver el páramo, la zona turística por excelencia en Colombia, respetando el medio ambiente, con generación de gran cantidad de empleo a los habitantes sin afectar su vida. Siendo un conversatorio de nutrición y prevención en salud terminamos concluyendo en cómo prevenir el cáncer, degeneración del sistema nervioso, malformaciones congénitas, enfermedades autoinmunes, en una población que va a recibir de por vida grandes cantidades del tóxico más venenoso en la naturaleza, el arsénico. Se mencionó el daño secundario al uranio, mercurio y cianuro, peor o igual al recibido con el arsénico. Europa no entiende cómo se pretende vender la salud de millones de habitantes, el futuro mental de hijos y nietos, por un mendrugo de pan que servirá a unos pocos. No entendían cómo podían existir colombianos apoyando la destrucción del páramo, con toda la desolación, tristeza, dolor, desigualdad, pobreza y muerte que se produce en las regiones donde existe minería de oro a gran escala. Olvidamos hablar de la inestabilidad de la tierra y producción de terremotos en la zona.

TOMÁS CARLOS DURÁN GÓMEZ

Se fue el maestro, colega, profesor, amigo, padre por excelencia, caballero, humanista, el pariente, abuelo, consejero y el médico maravilloso recordado por cientos de pacientes. Descansa en paz, amigo y colega, siempre lo recordaremos.

Elija a Vanguardia como su fuente de información preferida en Google Noticias aquí y únase a nuestro canal de Whastapp acá.

Publicidad

Publicidad

Tendencias

Publicidad

Publicidad

Noticias del día

Publicidad