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Jorge Gómez Duarte
Martes 24 de noviembre de 2020 - 12:00 PM

Reflexiones pospandemia

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Poco a poco venimos asimilando las nuevas costumbres que a la fuerza tuvimos que asumir producto de la pandemia. El hecho de haber tenido una cuarentena prolongada y una apertura progresiva, con restricciones importantes, no solo ha tenido efectos en el campo de la salud, también en la manera de ver la vida, con mayor sentido humano y menor apego a lo material. La comida sana, el aire libre, el ejercicio, la familia, el cuidado de nuestra salud, la virtualidad, la naturaleza, entre otros, son aspectos que han tomado una gran importancia y no debemos abandonarlos, porque ellos nos ayudarán a disfrutar más y por mayor tiempo la existencia.

La modernidad nos ha traído importantes avances tecnológicos, una gran cantidad de conocimientos, muchas oportunidades de progreso y miles de comodidades, por mencionar algunos avances, pero igualmente, nos ha deshumanizado y metido en un mundo materialista, individualista y competitivo, donde el alcanzar el dios dinero se ha convertido en objetivo de vida y deseo insaciable.

Cuando aparecen estas catástrofes como las pandemia, en que miles de personas mueren, dejando todo lo que tienen, sin importar razas, credos, recursos, poder o conocimiento, es cuando nos cuestionamos qué estamos haciendo con nuestras vidas y si en realidad vale la pena vivirla como lo estamos haciendo. Las carreras, el estrés, la apetencia por las cosas y el poder, la belleza externa y efímera, la creación de necesidades innecesarias, las rivalidades que a veces llevan al odio y amargan la existencia, y muchos otros hechos que sería interminable mencionar, nos mantienen en un permanente desasosiego, que cada día nos conducen más al desquicio mental.

Si volviéramos a la esencia de la vida, cual es la felicidad interior, lo lógico y sano sería llevar una existencia más tranquila y placentera, llena de muchas pequeñas satisfacciones, como es el compartir con los seres queridos y no queridos, hacer lo que nos gusta, disfrutar lo que hacemos, contribuir a que más personas crezcan como seres humanos, convivir y estar juntos en los logros y las dificultades, sembrar bienestar, trascender y dejar huella al paso por este mundo. El Covid no va a desaparecer a pesar de todos los esfuerzos que hagamos y tengamos muchas vacunas y medicamentos, simplemente podremos disminuir su impacto y mortalidad, los que vamos a desaparecer tarde o temprano algún día, con Covid o sin él, somos nosotros, y llegado el día, que dicha será mirar para atrás y poder decir, valió la pena vivir.

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