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Jorge Gómez Duarte
Martes 29 de diciembre de 2020 - 12:00 PM

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Con inmensa preocupación hemos visto en las últimas semanas un incremento alarmante de contagios por covid a nivel nacional, hasta llegar a superar los picos que tuvimos en las épocas más criticas de la pandemia, en agosto pasado, cuando estabamos totalmente guardados en nuestras casas. Santander, ha sido un contribuyente importante en ese incremento, superando igualmente el contagio diario que tuvimos en esas épocas y llevandonos a la saturación de las unidades de cuidados intensivos de clinicas y hospitales, a pesar de haberse duplicado la capacidad de camas de UCI en esas instituciones.

Soy un convencido que era necesario suspender el aislamiento preventivo obligatorio que se instauró desde comienzos de la pandemia, y acudir a la responsabilidad individual, porque de lo contrario las clases económicas menos favorecidas, aquellos que perdieron el empleo, y los informales que viven del rebusque diario, se iban a declarar en desobediencia civil, quebrantando la norma de aislamiento, como ya algunos comenzaban a hacerlo en ese entonces.

Para que el nuevo plan funcionara, se requería que todos fueramos responsables, no solo de la salud individual, también de la de los demás, porque en esta pandemia, cualquiera que incumpla las medidas sanitarias está afectando a las personas que se encuentren cerca. Desafortunadamente, la irresponsabilidad de muchos y la falta de consciencia ciudadana, nos está llevando al traste en la estrategia planteada por el gobierno.

No podemos volver al encerramiento total, como tampoco es posible para el gobierno poner un policia detrás de cada ciudadano para que vigile el cumplimiento de las normas, pero cada uno de nosotros podemos contribuir al control, convirtiendonos en vigilantes de la normatividad, pidiendo y exigiendo amablemente si fuere necesario, que cualquier persona, conocida o no, acate las medidas preventivas establecidas.

Se que con la incultura de algunos, nos vamos a ganar “madrazos”, como ya me los gané, pero no importa, está en juego nuestra salud y la de los demás, y eso es más importante que todo improperio proveniente de gente absurda, si podemos llamarlos así.

Bienvenidas las nuevas normas establecidas a nivel regional, lo que si pediría a las autoridades es el respaldo, con mayor presencialidad y vigilancia, no solo en el cumplimiento de las restricciones, también y más importante, exigiendo el cumplimiento de las medidas preventivas, porque para nada sirven las leyes y los decretos, si se quedan en el papel y se puede hacer lo que se nos antoje.

Hagamos del 2021 un año repleto de salud y bienestar.

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