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Libardo León Guarín
Lunes 10 de mayo de 2021 - 12:00 PM

De mi cosecha

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O escritos reciclados en cajón de sastre: “Por qué no nos fuimos del país, me preguntaba sobrecogido un ex alumno y amigo, si tampoco éramos tan incapaces como para morirnos de hambre en otro medio; viviríamos sin esta zozobra cotidiana de seguir viendo el país que no queríamos que fuera. La pregunta siguió dando vueltas en mi cabeza buscando respuestas. En la juventud repetíamos que si no dejaban soñar tampoco los dejaríamos dormir y preferimos hablar de lo imposible porque de lo posible y del país de la rosas se hablaba demasiado. Creímos que con nuestro aporte, pequeño pero significante sumado a miles de aportes pequeños pero significantes, el país discriminador, asaltado y dominado, no seguiría siendo el mismo. Hubo otra razón de orgullo: no podíamos dejarlo en manos de quienes gritaban rabiosamente que nos fuéramos. Al final, cuando el tiempo había pasado su cuenta de cobro para no poder huir, todo resultó ser un candoroso sueño, un espejismo y sin reversa.”

“Colombia es un país que, siendo el mismo todos los días, cambia como el clima; si hoy está en la encrucijada y en la inviabilidad, mañana se ilusiona hasta el paroxismo con un partido de fútbol o con un reinado de belleza. Es un país donde muy probablemente nació el ave fénix; pero con certeza muchas otras aves: las de paso, las de rapiña, las tontas y extraviadas, las trogloditas, la del paraíso, el chirlovirlo y el alcatraz, los reyezuelos guajiros y el dron aspersor, entre tantas exóticas, bellas y de buen agüero. Sin embargo todo aquí parece repetirse; a las guerrillas del siglo pasado, cuando ya no las pudieron manejar como brazos armados de los partidos políticos, porque los superaron en metas sociales y esperanzas, después de haberlas alentado, financiado y exaltado como heroicas, los fueron sometiendo a un proceso reduccionista, bajándolos de categoría para tildarlos de bandoleros, chusmeros, delincuentes comunes, cuatreros, terroristas, narcos ya despojados de todo contenido político. Si firman acuerdos de paz, de todos modos los persiguieron a sangre y fuego, como ahora. Colombia es un país que siendo el mismo todos los días, aquí parece repetirse hasta la existencia del homo sapiens dividido en buenos y malos, que no quieren morir.” (Del nuevo libro “Palabras al viento”. B/manga, Publicaciones UIS, 2.021, 318 pgs.)

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