Publicidad

Libardo León Guarín
Lunes 03 de agosto de 2020 - 12:00 PM

Paradojas

Compartir
Imprimir
Comentarios

Compartir

Extraño que el Presidente desconozca lo atinente a su cargo en la ley fundamental; comprensible que desconozca todas las leyes, dado el volumen de la materia jurídica de más o menos dos siglos de legislación acumulada; para esto tiene asesores. Parece ser el caso del presidente Duque y de la vice Ramírez ignorando el país laico definido en la Constitución de 1.991. Opino que es ignorancia voluntaria culposa, dando pinitos “para ver si cuela”. Actitudes que merecen una explicación teórica elemental.

En sociología toda persona desempeña de manera simultánea varios roles –papeles- sociales, cada uno con funciones propias: ser padre, hermano, hijo, funcionario, cliente banccario, conductor, creyente, etc. Confundir roles y funciones inherentes es armar el despelote, p.e. de amante con los de jefe o los de Presidente con los de creyente. Como Colombia es país laico, quiere decir que no existe religión oficial y que por esto los miembros del gobierno no pueden como tales, hacer proselitismo público de cultos, credos, doctrinas religiosas, así en su vida privada las tengan o no tengan ninguna, que la Constitución les garantiza la libertad de creencia o no creencia. Francia prohibió usar símbolos religiosos en la administración pública.

Aclarado este punto, no son funciones del Presidente ni de la Vicepresidenta Ramírez como tales, promover a la virgen de Chiquinquirá ni a la virgen de Fátima para que nos ayuden en la pandemia por confusión de roles y funciones y por contrario al país constitucionalmente laico que, gústeles o no, tenemos, con todo el respeto que nos merecen sus cosmogonías personales. Salidas sin querer queriendo, dada la avalancha de pretensiones teocráticas en gobiernos de América Latina: en Bolivia los golpistas gobiernan Biblia en mano mientras se llevan el litio; al sr. Bolsonaro lo apoyan grupos cristianos con mermelada en ministerios y en Colombia, entre invocaciones a las virgencitas y proyectos en el Congreso “defendiendo” la familia cristiana, reversando logros en derechos femeninos sobre el cuerpo y buscando restaurar la consagración al Corazón de Jesús, están diciendo por dónde va el agua al molino. Cuando golpean a mi puerta porque vienen a “predicarme la palabra”, simplemente les digo que me respeten mis ideas para respetar las suyas; eso es paz.

Adenda.- Nos dicen que el sistema de salud está que colapsa con la pandemia; pues estaba colapsado desde antes; desde la leonina Ley 100.

Elija a Vanguardia como su fuente de información preferida en Google Noticias aquí y únase a nuestro canal de Whastapp acá.

Publicidad

Publicidad

Tendencias

Publicidad

Publicidad

Noticias del día

Publicidad