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opinion/columnistas/libardo leon-guarin
Lunes 04 de enero de 2021 - 12:00 PM

Sin planeta B

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Ya ni los sindicados se defienden alegando que son “tan transparentes como el agua”, porque también las contaminaron, ante la mirada para otro lado de gobiernos y sociedad entera. Escucho programas radiales mañaneros sobre casos casi heroicos, de quijotes que mediante esfuerzos, generalmente aislados, buscan salvar al planeta tierra, algunos con ayudas internacionales; pero una política estatal en Colombia de dientes para adentro no se percibe. ¿La razón? Esta es sociedad donde priman los intereses individuales sobre los colectivos; la viabilidad sostenida del hábitat para humanos y naturaleza en general, no está garantizada; aunque sigue siendo de responsabilidad colectiva.

Sin invadir temas tratados en la vecindad con insistencia por el Ing. Gustavo Galvis Hernández, preocupa y de qué manera, que la velocidad del deterioro del planeta no se compensa con los indicadores de conciencia estatal ni ciudadana sobre el mega problema. Otro año llega y con la pandemia asesina de cortina, pasará de largo el deterioro continuado del medio ambiente; no es lo uno o lo otro sino ambos retos, por ser amenazas inminentes para la supervivencia de la humanidad. Que poco importa lo dice la salida de Julia Miranda de Parques Nacionales, por conflictos mal cazados con familias bien casadas con el gobierno -de las que ponen alcaldes, gobernadores y ministros-, por invadir el parque Tayrona y la Sierra Nevada con “progreso”, dos ecosistemas definidos como reservas además pertenecientes a la nación, que somos todos los colombianos.

Y más cerca, pregunto, si tanta oferta de parcelaciones, chalets y parques recreativos en la Mesa de los Santos, cumple estrictamente las normas defensoras del medio ambiente para que no seguir en “se obedece pero no se cumple” o si son negocios de turismo sin ética social, llevándose la ciudad congestionada, ruidosa y contaminada para el campo, en zona escasa en bosques que se talan y en aguas que no aparecen. Miles de proyectos sin control avanzan en el mundo, haciendo inviable cada vez más el planeta tierra, sin que se sepa de un planeta B para escapar del desastre. Y si lo hubiese, haríamos lo mismo, sin tareas aprendidas pero con muchas culpas pendientes.

Adenda.- La historia de un país no es solo la oficial y la heroica; es también la de los crímenes que dejan huella: 90 masacres en 2.020.

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