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Luis Pinilla Pinilla
Miércoles 21 de octubre de 2020 - 12:00 PM

En busca de una ciencia política positiva, participativa II

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Como esta es una actividad permanente y de nunca terminar, voy a una segunda parte de mi artículo anterior presentando una “venia” a mis lectores por acudir a citas de diferentes autores, reconocidos dirigentes de la política colombiana.

Dice Mariano Ospina Pérez, Presidente 1946-50: “... para superar el subdesarrollo...; democratizar la empresa de la construcción nacional, logrando la participación consciente y activa de todos los ciudadanos y facilitar la oportunidad de todos los colombianos de cooperar con entusiasmo a la gran tarea de engrandecimiento patrio.”

Laureano Gómez, Presidente 1950-1951, quien no pudo culminar su mandato por sufrir afecciones cardíacas, dice: “Toda política de desarrollo económico necesita de la participación de la clase obrera a través de entidades gremiales que encaucen su dinámica.”

El dirigente Gilberto Alzate Avendano, dice: “El partido conservador, conforme al pensamiento social cristiano, considera no solamente lícita sino necesaria la organización gremial.”

Misael Pastrana Borrero, Presidente 1970-1974, dice: “Necesitamos... vigorizar en el país el sentido nacional, ofreciendo a todos los sectores una cuota de participación en el quehacer de la comunidad. Sin participación no hay integración posible, porque la fragmentación cultural, la distancia de las clases, la inercia de las masas, las convierte en grupos de silencio que solamente escuchan pero no se expresan.”

Belisario Betancur, Presidente 1982-86, dice: “Parto de la base de que efectivamente queremos la democracia, la libertad de criterio, la participación ciudadana y la responsabilidad compartida en la dirección del gobierno.... Participar políticamente no es votar, es cogobernar.”

El Estado debe ser forjador del porvenir, orientador de realizaciones, promotor de ideas; el regulador de relaciones en la comunidad, el fiel de la balanza que produce el equilibrio entre intereses encontrados. No puede ser el ente paternal que todo lo da porque, a la manera de Thomas Hobbes, todo lo recibe. Ni el ente omnipotente y todopoderoso de la concepción totalitaria.

Y nuevamente hago la venia a mis lectores para concluir este artículo y espero que esta “enseñanza” con palabras de la UNESCO: “Por su enseñanza, por su práctica, por su compromiso, la educación debe contribuir a la realización de este proyecto propio de nuestra época: sustituir una autoridad mecánica, de tipo administrativo, por una decisión viva de tipo democrático. La participación del mayor número posible en el máximo de responsabilidades no es solo prenda de eficacia colectiva, sino que constituye una condición de felicidad individual, una toma de poder cotidiano sobre la sociedad y las cosas, una manera de influir libremente en el destino. Ya no se trata de que el ciudadano delegue sus poderes, sino que los ejerza, a todos los niveles de la vida social y en todas las etapas de la vida.”

luispinillapinilla@hotmail.com

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