Las cajas de compensación como CAFAM, Comfenalco, Colsubsidio, Compensar, Cajasan o Comfama, han estado con los colombianos por décadas. Tienen dos negocios, aquellos que pertenecen a los ingresos que reciben de los trabajadores, altamente regulado, y aquel que pertenece a sus negocios propios, como por ejemplo las droguerías y los prestadores de salud.
Las cajas de compensación son privadas y reciben ingresos de los trabajadores, es decir, no de dineros estatales sino de dineros privados, de los trabajadores. Con esos dineros han mitigado la crisis del sector de la construcción en las ciudades principales donde tienen presencia, cumpliendo, a diferencia del Gobierno, con los compromisos a nivel de los subsidios de vivienda para las familias colombianas. Su importancia ha llegado al punto que la mayoría de los constructores colombianos sólo aceptan los subsidios de cajas de compensación de sus compradores.
Como muchas otras entidades privadas que han sido blanco del Gobierno, ahora las cajas de compensación están bajo ataque. Su particularidad que las hace interesantes para quienes las atacan, es que manejan grandes cantidades de dinero, condición que da poder político a quien las maneja.
Comfenalco Antioquia, la segunda caja de ese departamento y la sexta en tamaño a nivel nacional, acaba de ser intervenida por el Estado, sin que este realmente tenga razones para hacerlo. La caja no le debe dinero a nadie, está sana financieramente y. a pesar de esto, el superintendente de subsidio familiar, Luis Guillermo Pérez, la intervino.
El mencionado superintendente ha sido polémico. Chats suyos han sido publicados en los cuales da instrucciones de despedir personal en la institución que maneja basado en la orientación política de los trabajadores.
Este precedente en Antioquia es una señal nueva de alerta para los trabajadores y el sector de la construcción, dado que el Gobierno por este medio cada vez toma más control de los fondos en estos sectores de la economía. Claramente las iniciativas para tomar control del sector privado no sólo pasa por el legislativo, sino que se articulan por medio de todas las formas de lucha.