¿Y ahora quién podrá defendernos? Esa es la pregunta que nos venimos haciendo desde el inicio de la pandemia. Llegó la respuesta, con un brinco estilo Chapulín Colorado: los bienes básicos.
El presupuesto público colombiano para 2021 se calculó con un precio del Brent de USD 53 por barril. Este viernes, los futuros del Brent cerraron en USD 85 dólares, un nivel no visto desde octubre de 2018. El precio está disparado por la escasez de gas natural y carbón en Europa y Asia, que impulsó la demanda de petróleo. Se espera que el déficit de suministro mundial sea de 700.000 barriles diarios hasta enero del 2022, mes en el que se supone que la OPEP aumentará los suministros. Si el precio promedio del Brent actual se mantiene a final de año, el excedente para la Nación con un precio de 82 dólares sería de COP 10 billones, equivalente a más de dos reformas tributarias.
La producción colombiana de carbón llegará en 2021 a 70 millones de toneladas comparado con 48 millones en 2020, un incremento de 45%. Los estimados en precio que estaban en alrededor de USD 60 por tonelada a final del año pasado hoy casi que se triplicaron a USD 195 dólares por tonelada. El excedente en exportaciones es de alrededor COP 44 billones contra el estimado inicial, generando un poco más de COP 6 billones adicionales a la Nación.
Del lado de los egresos, desde el inicio de la pandemia a agosto 2021 la deuda pública ha crecido COP 115 billones, lo cual implica para la Nación el pago de unos intereses anuales adicionales de alrededor de COP 8.5 billones, la mitad de los incrementos de ingresos por carbón y petróleo.
La situación compleja que se generó en las finanzas públicas a raíz de la pandemia parece haber cedido al incremento de los precios de los bienes básicos, principal rubro de exportación de Colombia.
Si como parece los precios de los bienes básicos se mantienen en el futuro, es hora de que las calificadoras de crédito consideren devolvernos nuestro grado de inversión.
