Unos seis meses entrados en la pandemia, los padres se quejaban del poco trabajo de los profesores, estos a su vez del exceso de carga laboral y los estudiantes, al final, de tener que trabajar frente a un computador todo el día, o lo que es peor, no tener inclusive un simple paquete de fotocopias. Hoy se sabe que fueron cinco billones de estudiantes afectados; casi 500 millones ni siquiera accedieron al modelo remoto; surgieron mayores brechas académicas y ahora, la salud tanto mental como física de los estudiantes.
Si miramos el reciente Informe de Calidad de Vida del Programa Bucaramanga Metropolitana Cómo Vamos, sus resultados son preocupantes. Incremento en tasas de reprobación; según Pruebas Saber 11, estancamiento en resultados generales, baja en niveles de inglés, y en general ampliación de la brecha entre colegios públicos y privados. ¿Qué hacer entonces para encaminarnos en una senda de crecimiento? Este pasado mes de septiembre, Naciones Unidas en su Asamblea General, planteó la necesidad de transformar los sistemas educativos del mundo con cinco líneas de acción para gobiernos e instituciones educativas.
UNO: Colegios seguros, saludables, inclusivos y equitativos: Que los estudiantes puedan tener acceso y participación, libres de violencia o discriminación, que puedan ser apoyados y comprendidos. DOS: Desarrollo de habilidades para la vida, el trabajo y el desarrollo sostenible: Esto es desarrollar valores y actitudes para ser resiliente, adaptarse y estar preparados para futuros inciertos, sin dejar de lado las habilidades literarias y matemáticas. TRES: Docentes y su profesión: Tener el número suficiente para atender necesidades estudiantiles, entrenados y soportados por sus sistemas escolares. CUARTO: Aprendizaje digital y transformación: Utilizar la tecnología para transformar efectiva, relevante y sosteniblemente en donde deben incluirse los más marginalizados con contenido gratuito y reales innovaciones pedagógicas. CINCO: Movilizar más recursos: Mejorar la eficiencia y equidad para focalizar la inversión, mejorar bases de datos sobre utilización de estos recursos y finalmente priorizar las áreas más necesitadas.
Difíciles, muy difíciles acciones para implementar pero hay que hacerlo ya mismo, no hay tiempo para perder, son nuestro futuro.