Con la reducción en el número de contagiados por COVID-19 que tienen la ciudad, la Alcaldía municipal de Bucaramanga, decidió que se diera apertura a los establecimientos como bares y discotecas con un aforo del 100% hasta las cuatro de la mañana. Esta apertura también lleva a que las áreas sociales que están en las propiedades horizontales tales como piscinas, gimnasios, canchas deportivas sean reabiertas, e incluso tengamos nuevamente la posibilidad de volver a realizar asamblea de carácter presencial.
Retomar el uso de estos espacios en las propiedades horizontales está condicionado a la responsabilidad de los administradores y organizadores de eventos para que se cumplan los protocolos mínimos de seguridad. La prudencia que se tenga en las actividades tanto sociales, como productivas, permitirá que se continúe así sin contratiempos; por lo que las copropiedades pueden exigir el cumplimiento de normas de bioseguridad, pero no prohibir el uso de los espacios comunes o la realización de reuniones y eventos.
Ahora lo importante es saber si estos casi dos años de confinamiento nos sirvieron para comprender que muchas de nuestras actividades cotidianas se pueden realizar de forma virtual de forma más eficiente, porque optimizamos tiempos y dinero de desplazamientos, recursos de la reunión, entre otros. Sería imposible que reuniones como las del consejo de administración, asambleas, seguimientos administrativos y PQRS no las sigamos llevando de forma virtual. Es como si no utilizáramos los computadores, por la sencilla razón de que existen máquinas de escribir.
Sabemos que la presencialidad es muy importante, especialmente para interactuar socialmente; pero ojalá no olvidemos que este aislamiento obligatorio nos recordó el valor de la familia y el sentido de comunidad, nos enseñó que antes de derechos existen obligaciones y que la virtualidad no es un medio que nos separa, sino que nos facilita la vida para tomar decisiones más ejecutivas y sin perder tiempos por las distancias y gestiones logísticas de reunión.
Observemos nuestro actuar, para saber si esta pandemia nos sirvió para entender que nos encontramos ante una nueva revolución industrial y que quien no se adapte quedará rezagado.
