América Latina se ha caracterizado por parir a los más extravagantes personajes políticos de toda la historia del mundo. Heredamos de España la tauromaquia, de ahí que la política se definía en las plazas de toros. Una silbatina de los asistentes a la hija del General Rojas Pinilla hizo que al domingo siguiente sus áulicos llenaran la plaza de “detectives” con manoplas. Se suponía que la silbatina iba a repetirse. Puñetazo va y viene y el ruedo se llenó de sangre, no de los toros, sino de los aficionados que murieron. Saltándome épocas y personajes siniestros llegamos a Chávez. Miquilena su súper ministro dice que aquél nunca cumplió una cita. “es el hombre más absolutamente impuntual que te puedas imaginar. No tiene un horario para nada, no preside el gabinete, va a su oficina cuando quiere”. El persidente Petro tampoco tiene “horario, ni fecha en el calendario” que le define como impredecible. No asistió a la invitación de Biden, almuerzo de agradecimiento a todos los asistentes a las sesiones de la ONU, descortesía mayúscula. Al discurso de Petro como buen “retórico” le debemos esperar sus resultados. A Velasco Ibarra le dieron un balcón y fue ocho veces presidente del Ecuador. Fidel Castro gobernó 60 años en Cuba con la TV. Petro “retórico”, mientras arregla con las disidencias y La Paz de Rusia con Ucrania, será eterno.
Petro tiene como norte permanecer en el poder, “...no tiene disciplina, ni una teoría clara a dónde va. Cada día se radicaliza, y se protege con una farsa parlamentaria”.
Vamos a otra farsa política. “No robar, no mentir, no traicionar”. Faltando dos meses Rodolfo desaparece de la arena política y deja a su contenedor dando espadazos al viento. Fina estrategia para que se le cansara el brazo. Aparece tambaleándose sin poder quitarse de los ojos el bamboleo de los senos de las garotas y de las olas en el yate, invitado por un navegante de aguas borrascosas. Pierde. Fraude se afirma. Yo no creo. Petro lo abraza y lo pulsa impudicamente “... no las tiene cuadradas como dice”. Llega al Senado. Por obligación tiene que inscribir su partido ante el Consejo Electoral. Brillante y democrática idea. Inscribe a los miembros de su familia (como el dictador de Nicaragua Daniel Ortega y su señora Rosario Murillo de profesión adivina). “En el Senado todos hablan a gritos como si fueran sordos y todo huele a propina. ...yo me aburrí y me vine para donde sea el único que grite”. Siete, ocho, nueve de la noche, diez. “ ... vuelo cancelado por lluvia en Bucaramanga señor Senador”. Otra vez a ese maldito hotel, mesita de noche, espejo. A la madrugada, Aeropuerto. “... ¿el señor para dónde va? Póngame al lado de la ventanilla quiero botarme, no me joda más”. Por fin en el avión... señores un ensayo con los chalecos salvavidas. ¿Volaremos sobre el mar? ...No Señor pero está lloviendo mucho.