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Victor Castillo
Viernes 26 de noviembre de 2021 - 12:00 PM

La medicina del futuro

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El ejercicio de la medicina en el último siglo ha tenido desarrollos importantes que han impactado positivamente en la esperanza de vida y la calidad de la misma. El punto de quiebre se dio en la década de los 60 con la aparición del concepto de la medicina basada en la evidencia.

Este término, que nació en Universidad de McMaster, en Ontario, Canadá, integró la experiencia clínica, que era la práctica dominante, con el método científico para obtener evidencias y tener bases para la toma de decisiones. El objetivo era generar el mejor tratamiento posible para los pacientes y reducir el margen de incertidumbre o errores.

A partir de allí se consolidó la importancia de los estudios clínicos para medir estadísticamente los efectos de un procedimiento o medicamento y conocer sus beneficios tangibles. Este nuevo enfoque transformó la medicina hacia una más científica, con grandes logros.

A la investigación se le sumó toda una explosión tecnológica que dio paso a nuevos métodos diagnósticos como la tomografía axial computarizada, la resonancia nuclear magnética, la ecografía en toda sus dimensiones y la radioterapia, entre muchas otras, que facilitaron la identificación de enfermedades y el manejo de muchas de ellas.

Ya en el siglo XXI surge el término de medicina basada en el ser humano, que aborda integralmente al paciente. Es decir que no solo se busca una mejoría física, sino que se le da relevancia a la parte psicológica de la persona y su familia.

Toda esta evolución en el ejercicio de la medicina permitió, por ejemplo, que en 2001 se lograra la secuenciación del genoma y se estableciera la relación entre la genética y el desarrollo de diferentes patologías como las cardiovasculares y las oncológicas.

Lo que más emociona es que ya entramos en una nueva era de la medicina. Desde el 2015 estamos hablando de medicina de precisión o personalizada, que busca adaptar los tratamientos a la composición genética de cada persona. Como se sabe y ha quedado en evidencia más que nunca con el COVID-19, las enfermedades no actúan de la misma manera en todos nosotros. Inciden muchos factores y eso mismo ocurre con los tratamientos.

El estilo de vida que se lleva, la edad y lo más importante, los genes, hacen que las respuestas varíen. Por esta razón es tan importante el desarrollo acelerado de la medicina genómica, que en un futuro no muy lejano ayudará a aumentar el promedio de años de vida. Este nuevo mundo sumado a la inteligencia artificial, la biología molecular y computacional, y los algoritmos de aprendizaje automáticos traerá muchos conocimientos para el bien de la humanidad.

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