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Victor Castillo
Viernes 19 de noviembre de 2021 - 12:00 PM

La pandemia de los no vacunados

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Hace dos años, para ser exactos el 17 de noviembre de 2019, se describió la primera neumonía atípica producida por el COVID-19 en la ciudad de Wuhan, China. Inmediatamente hubo preocupación en aquel país por la alta letalidad de esta patología, de la cual se desconocían las causas. No fue sino hasta el 5 de enero de 2020 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio la primera alerta mundial y unos días después, el 11 de marzo, la declaró como pandemia.

Desde ese primer caso registrado, se conocen más de 250 millones de contagios, cerca de cinco millones de muertes y se han aplicado más de 7.300 millones de vacunas en el mundo. Diariamente se contagian más de 12 millones de personas y fallecen casi 200.000, con una mortalidad cercana del 2%.

Es interesante ver cómo migran las olas y nuevos brotes por los diferentes continentes. En este momento la situación más grave es en Europa, especialmente Alemania e Inglaterra, donde un 85 % de la afectación se presenta en no vacunados. Por esto es que ya empieza a llamársele la pandemia de los no vacunados. La situación ha obligado a los gobiernos a tomar la decisión de exigir el cané de vacunación para ingresar a sitios con afluencia de público.

Hoy se sabe que el esquema completo de vacunación con las vacunas RNAm disminuye el contagio al 15% y la mortalidad al 10%. En el transcurso de estos dos años se considera que han ocurrido más de 100.000 mutaciones del virus, de las cuales cerca de 10 son consideradas de interés. La cepa original ya no está en circulación y ha sido reemplazada por otras más contagiosas, siendo la Delta la más predominante en el mundo. En Colombia se identificó la cepa denominada MU el pasado mes de enero, que con el tiempo se convirtió en la predominante, y es considerada 10 veces más contagiosa que la Delta, lo que explica el gran impacto de la tercera ola que vivimos.

La pandemia ha generado crisis económicas y también logros científicos importantes como el desarrollo de las nuevas vacunas ARNm, las cuales pudieron ser aplicadas en un tiempo récord de ocho meses después de la identificación de la secuencia del virus. Próximamente dispondremos también de antivirales específicos que lograrán disminuir el impacto del virus y así volver a la vida cotidiana.

En Colombia estamos al inicio de la cuarta ola, que solo se podrá evitar si alcanzamos el 80% de vacunación, cifra difícil de lograr, por lo cual Gobierno, sistema de salud y sociedad debemos prepararnos, sin olvidar que la severidad de esta nueva ola dependerá del comportamiento social. El uso de tapabocas, el distanciamiento social y el lavado de manos continúan siendo claves para la protección personal.

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