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Jueves 25 de febrero de 2021 - 12:00 PM

A un año de los derrumbes, la vía Bucaramanga-San Gil sigue a media marcha

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Un año después de ocurrido el aguacero que sobrecogió a toda el área metropolitana el 26 de febrero de 2020, aún estamos lamentando la tragedia humana y la gigantesca avalancha que sobrevino cuando el agua que rodó por las montañas piedecuestanas produjo decenas de deslaves que taponaron extensos tramos de la vía que va de Curos a Pescadero que, claro está, significaba la incomunicación de Bucaramanga con Bogotá por ese sector. Pero también estamos, un año después, lamentando que aún no terminan las obras de rehabilitación de la importante vía, aunque la promesa inicial fue que estaría lista en 2020.

La gravedad de la situación que se presentó hace un año obligó a que se determinara el cierre total de la vía San Gil- Bucaramanga, entre los kilómetros 58 al 74, debido a los derrumbes y al desbordamiento de varias quebradas. Hoy se completan 12 meses y continúan los trabajos, la vía sigue congestionada, el tráfico, cuando fluye, es lento, con las obvias consecuencias negativas que esto tiene para la economía de la región, en especial para el turismo interno y el que proviene del exterior por el aeropuerto de Palonegro, además de la dificultad para quienes por razones laborales deben recorrer este tramo con frecuencia, etc.

Y, mientras tanto, la conectividad y la competitividad tan necesarias en todo momento no estuvieron recuperadas a tiempo para acelerar la reactivación, ahora que la economía está resentida al extremo luego de un año de pandemia con confinamientos totales y parciales. Al daño múltiple y profundo que la crisis sanitaria ocasionó, especialmente al sector del turismo, le sigue el hecho de llegar a esta coyuntura, en la que se esperaba una recuperación lo más acelerada posible, sin contar con la necesaria infraestructura en vías para transportar a los turistas.

Años de esfuerzo y posicionamiento del área metropolitana de Bucaramanga y todos los municipios de la provincia guanentina y comunera articulados al turismo y todas las actividades comerciales que de él se derivan, siguen en riesgo. En estos momentos es cuando puede medirse el verdadero compromiso del Gobierno Departamental con el turismo, un sector al que todos tienen derecho de pertenecer y al que hay que incentivar y proteger, sin exclusiones de ninguna clase, por lo que es urgente que las obras sobre la vía terminen y es imprescindible que las mismas ofrezcan la garantía de que su duración en el tiempo no termine con el próximo invierno.

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Publicado por Editorial

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