Publicidad

Editorial
Sábado 03 de diciembre de 2022 - 12:00 PM

En qué ayuda a Metrolínea el caos en que convirtieron la carrera 15

Compartir
Imprimir
Comentarios

Como lo habíamos analizado desde este diario y como lo habían previsto muchos de los sectores de opinión en la ciudad, se abrió la carrera 15 en el centro para el paso de todo el transporte público, en perjuicio de la exclusividad de los buses de Metrolínea, y el caos anunciado, se presentó con toda su contundencia y, por supuesto, su inconveniencia, como seguramente lo comprobaremos en pocos meses, cuando decrezca aún más el número de usuarios, una vez abandonen el sistema los que permanecían solo por la ventaja del paso libre por los carriles exclusivos, lo que les ahorraba tiempo en el traslado.

Pero, ahora, a la falta de cobertura, el incumplimiento en las frecuencias, el mal estado de los buses, las quejas sobre los conductores, la dramática disminución en el parque automotor disponible, y otras deficiencias reconocidas en el Sitm, hay que sumar la gran cantidad de minutos que se perderán en el tráfico atascado entre la Quebrada Seca y la calle 45, a lo largo de la carrera 15, durante las horas pico.

La medida, que abrió la vía para 15 rutas de buses convencionales y taxis, solo ha servido para prácticamente paralizar el tráfico y convertir, como hace unos años, la zona céntrica en un espacio mucho más contaminado por gases y ruido, y también mucho más inseguro, tanto en las aceras, que, al volverse paraderos, dejan expuestos a los usuarios de los buses, al raponazo y otras formas de hurto, como dentro de los vehículos, que suelen ser espacios usados por los delincuentes para el cosquilleo o por algunos desadaptados para el acoso y el abuso sexual. Ha causado tal desorden la medida adoptada, que la noticia no pareciera ser la reapertura de la carrera 15 al transporte tradicional, sino a la confusión, la contaminación y la delincuencia.

Causa indignación ver de qué manera las autoridades proponen como soluciones, medidas que ya han probado suficientemente su inocuidad o su rotundo fracaso. Resultó peor el remedio que la enfermedad. Si algo justificaba la creación y puesta en marcha de un Sistema Integrado de Transporte Masivo, era la existencia de centenares de buses atosigando las calles del centro hasta colapsar todas las vías y hacer inoperable el transporte. Ese caos que se pretendió corregir con el Sitm, es exactamente lo que se propone hoy como solución al fracaso del sistema. Es hora de que las autoridades tomen decisiones para lograr soluciones sostenibles, tanto a la debacle de Metrolínea como al caos de movilidad en el centro de la ciudad.

Elija a Vanguardia como su fuente de información preferida en Google Noticias aquí y únase a nuestro canal de Whastapp acá.

Publicado por

Publicidad

Publicidad

Tendencias

Publicidad

Publicidad

Noticias del día

Publicidad