El Capítulo Sur de Santander, de la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, no solo acertó cuando convocó a los candidatos a la alcaldía de San Gil a reflexionar sobre el futuro de ese importante municipio, sino que propició el que se reforzara el planteamiento que se ha hecho en algunos sectores, desde diversas organizaciones departamentales, gremios y vocerías de distinta índole, en el sentido de que debemos conformar varios centros de desarrollo económico, turístico y comercial, para que podamos dejar atrás los tiempos del progreso lento y desarticulado que hemos vivido, y pasar a una fase mucho más eficiente y productiva en términos regionales.
Obviamente es muy importante que los candidatos a las alcaldías, especialmente de los municipios metropolitanos y los que son capitales de provincia, cuando menos, expresen a sus potenciales electores, cuáles son en detalle sus planes y programas, sino que lo deseable sería también que los candidatos se oyeran entre sí y se comprometieran a seguir haciéndolo en caso de ser elegidos, para que podamos integrar una visión y un propósito común, desde realidades distintas, potencialidades distintas y autonomías claras, pero en una misma idea de dar a la región el impulso que en todas sus áreas requiere.
Son visiones, propuestas y esfuerzos que venimos oyendo desde distintos sectores desde hace ya algún tiempo; lo han hecho las universidades, lo ha hecho repetidas veces Prosantander, lo han hecho entidades aglutinadoras y ejecutoras de políticas de integración y proyección metropolitana y departamental, como Neomundo, lo ha hecho, por supuesto, desde distintas estrategias, la Cámara de Comercio de Bucaramanga, en fin, este es un momento en el que el sector privado entiende que la unidad es vital en los años que vienen y está intentando que Santander se convierta en una empresa común a todos.
Falta dar muchos pasos para que esto sea una realidad, pero por ahora es imprescindible que el sector público, especialmente los futuros gobernantes, entiendan la misma idea, compartan estos objetivos y sumen sus esfuerzos y capacidades a las de quienes están proponiendo integrarnos en una estructura coherente y funcional, para hacer de Santander el gran departamento que podría ser si nos despojamos de personalismos y egoísmos, para trabajar en pro de una meta posible y ampliamente beneficiosa para todos. Una nueva mentalidad de parte de quienes gobiernen en Santander durante los próximos cuatro años puede conseguir que viremos definitivamente hacia una nueva etapa de desarrollo, moderna, productiva, equitativa y solidaria.