Si hace unos años, en un mundo aún desconectado en altísima proporción, hablar un segundo idioma, en especial el inglés, era considerado casi como una profesión, en tanto las personas bilingües eran muy pocas y sus servicios podían ser o muy rentables para fines particulares, o muy bien pagados en el campo laboral, hoy, luego del intenso proceso de globalización y el avance de todo tipo de tecnologías de la comunicación, dominar una segunda lengua, el inglés particularmente, es una necesidad apremiante, especialmente en América Latina, una subregión que poco avanzó en este campo durante todo el siglo pasado.
En efecto, la diversidad lingüística es un gran activo cultural y un valioso recurso económico, pues un país bilingüe o multilingüe puede establecer relaciones comerciales más sólidas con una variedad de naciones, abrir oportunidades de exportación y atraer inversiones extranjeras, entre otras cosas, por lo tanto, promover el bilingüismo en ciudades como Bucaramanga y su área metropolitana, es esencial para desarrollar una educación de calidad y mayores oportunidades laborales. El conocimiento de una lengua adicional aumenta las posibilidades de empleo, y, en un mundo cada vez más interconectado, es una habilidad altamente valorada en el mercado laboral global.
Ahora bien, contrario a lo que manifiestan algunas personas que aún desconfían de esta clase de procesos educativos, fomentar el bilingüismo no significa reemplazar la lengua materna, sino fortalecerla al tiempo que se incorpora un segundo idioma. En realidad, el bilingüismo permite a las comunidades preservar su patrimonio cultural mientras se adaptan y se insertan en un mundo en constante cambio. Por eso es determinante promover una segunda lengua desde los primeros años del colegio, entre otras cosas porque algunas investigaciones han demostrado que la educación bilingüe mejora el rendimiento académico, promueve una mayor autoestima y una identidad cultural más sólida en los estudiantes.
Por todo esto es que preocupa el resultado que encontró el programa Bucaramanga Metropolitana Cómo Vamos, BMCV, en el sentido de que en los colegios privados el 44 % de los estudiantes tienen niveles destacados de inglés, mientras en los públicos solo es el 13 %, lo que nos muestra la profunda brecha en este campo, pero también señala lo lejos que estamos de poder operar, en el cercano futuro, estrategias masivas de desarrollo educativo, industrial o comercial, en un mundo en el que son globales la oferta laboral y las oportunidades, pero casi exclusivamente para quienes dominen por lo menos el inglés. Nuestros futuros gobernantes tienen ahí un desafío gigantesco que deberían afrontar sin más dilaciones.