Ahora la llamada Conectante C1-C2 se suma a la larga, indignante y costosísima lista de ‘megaobras’ que se abren paso por entre los presupuestos nacionales, departamentales y municipales, solo para quienes suelen apropiarse indebidamente de los recursos disponibles, pero esta obra, además de las fallas de administración que pueda tener, se ha caracterizado por haber sido rechazada por la población que afecta a lo largo del trazado que se le diseñó, pero también por los expertos que la consideran insuficiente para las necesidades para las que fue concebida, además de ser un atentado al medio ambiente del área metropolitana.
Desatendiendo a la comunidad que pedía espacios de diálogo para controvertir el trazado o la utilidad misma de la obra en su conjunto, se procedió por parte de la Agencia Nacional de Infraestructura a adjudicarla como estaba concebida y hoy, 25 meses después de que iniciaran los trabajos, lo que tenemos no puede ser peor: el contrato, que fue firmado por un valor cercano a los $1,4 billones, apenas registra un 2% de ejecución, pero, además, el contratista asegura que se quedó sin recursos y la ANI, la agencia contratante, inició un proceso de caducidad, es decir, se fracasó rotundamente en lo actuado hasta el momento.
Por eso no le sobran razones a la comunidad que directamente se siente afectada por la obra, cuando reclama que se proceda a la liquidación del contrato, considerando conceptos de expertos en vías que señalan fallas técnicas en el diseño y planeación de la Conectante que deberían obligar a ejecutar tal proyecto en otro eje vial.
Se señala, por dar solo un ejemplo, que aunque la norma establece que las vías nacionales deben ser de dos carriles, la Conectante C1-C2 no los tiene y para hacer más comprensible el criterio han dicho que “es mejor la ‘carretera antigua’ entre Bucaramanga y Floridablanca”.
Otra de las consecuencias de lo actuado hasta ahora es la tala de 5.600 árboles para tener solo un avance del 2%, sin que se conozca que se haya llevado a la reposición de estas especies, como corresponde.
Esperamos que en los pasos que se vayan a dar en lo sucesivo el Gobierno Nacional corrija los errores en los que se ha incurrido en esta obra, y escuche a la comunidad y a los expertos, que en Santander los tenemos en alto número y de excelente calidad, para que se rectifique el rumbo que se traía y, si es el caso, se consideren nuevas alternativas para el propósito que se busca.