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Lunes 26 de septiembre de 2022 - 12:00 PM

La oportunidad para Santander con la apertura de la frontera

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Sobre el puente Simón Bolívar, hacia el medio día de ayer, se reabrió la frontera colombo venezolana, siete años después de que se hubieran cortado las relaciones y el paso entre los dos países, tras los hechos de maltrato por parte del gobierno de Maduro a ciudadanos colombianos en el lado venezolano. El hecho, que claramente marca un momento crucial en la historia de las dos naciones y que interesa al continente entero, pues toca las relaciones internacionales con Estados Unidos y los demás países de la región, tiene un significado y un impacto muy especial para Norte de Santander y Santander.

Esto es así, aunque lo que tenemos ahora es un largo camino por recorrer por los dos gobiernos para que se dé en forma la esperada reactivación de la economía de los dos países y de nuestra región, en particular. Hay varios sectores santandereanos que sufrieron profundamente el cierre fronterizo, lo que llevó incluso a la quiebra de centenares de pequeñas y medianas empresas que tenían a Venezuela como su gran socio comercial o el principal comprador de sus productos. Hoy, esos empresarios recuperan la oportunidad de retomar sus actividades, con la esperanza, eso sí, de que la reanudación de relaciones sea armónica y duradera.

Los comerciantes e industriales que esperan convertir en la mejor oportunidad para los santandereanos la reapertura del comercio con Venezuela, sumada al alza en el precio del dólar, tienen los ojos puestos en el país vecino, en especial los empresarios en áreas de medicamentos, calzado, alimentos, artículos de primera necesidad, tecnología y varios más que, dada la larga y aguda crisis económica que vivió Venezuela, tendrán ahora una demanda significativa y, seguramente, darán un impulso decisivo a las exportaciones de Santander en lo que queda del año y, por supuesto, en los años venideros.

Se necesita, claro está, que las relaciones entre los dos países logren mantenerse en el tono adecuado, que los acuerdos binacionales sean claros y se respeten, y que se facilite a los productores y comerciantes colombianos una relación fluida con sus pares venezolanos, para que los buenos resultados se puedan ver en el corto plazo. Se requiere también que en estas primeras conversaciones se considere a los empresarios locales que tienen gruesas cuentas por cobrar a empresas de Venezuela, que hoy están, varias de ellas, en grave situación económica o cerradas. En pocas palabras hay mucho por trabajar para llegar a los rendimientos del pasado, pero la gran diferencia es que ahora, literalmente, el camino está abierto para nuestros industriales y comerciantes.

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Publicado por Editorial

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