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Editorial
Jueves 25 de junio de 2020 - 12:00 PM

La salud mental de los bumangueses, un problema con consecuencias en el futuro

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No debe pasarse por alto el estado de salud mental que afrontan en este momento los bumangueses y habitantes del área metropolitana especialmente, puesto que, según lo han certificado autoridades del Hospital Psiquiátrico San Camilo, la situación se ha agravado, especialmente como resultado del aislamiento decretado desde el 24 de marzo por el Gobierno Nacional. La inesperada medida tomó a todos sin preparación alguna y hoy, tres meses después, son muchas las patologías que se manifiestan en centenares de hogares, algunas de ellas con posibles consecuencias sobre la vida de las personas.

El Hospital asegura que se ha dado un importante incremento en llamadas de personas pidiendo orientación para situaciones menores, o pidiendo auxilio incluso frente a intentos de suicidio. El encierro ha golpeado de forma significativa a muchas personas, a algunas de ellas con consecuencias leves como miedo ante la amenaza a su salud, incertidumbre por la situación general, hasta depresión que sería la resultante de estas y otras emociones que tienden a salirse del control de las personas.

Pero, así mismo, el centro médico ha subrayado con preocupación los reportes que han hecho las personas de patologías graves que comprenden trastornos de ansiedad, episodios de pánico, aumento de crisis depresivas, descompensación en pacientes con historial afectivo bipolar, trastornos del sueño, violencia intrafamiliar asociada a las sobrecargas dentro del hogar y la exacerbación de los síntomas en pacientes psiquiátricos, lo que muestra un panorama mental sumamente complejo que debe obligar a la formulación de nuevas políticas de tratamiento de este aspecto crucial de la salud pública.

La situación del área metropolitana de Bucaramanga no dista nada de la que está dándose en todas las ciudades grandes del país, pues los hogares disfuncionales, la cultura machista, la apretada situación económica, entre otros factores, contribuyen a que el encierro, necesario para evitar la pandemia del COVID-19, nos esté conduciendo hacia otra pandemia y es la de las enfermedades mentales, lo cual crea unas nuevas condiciones sociales no solo en la coyuntura actual, sino en el mediano y largo plazo que deben preverse por parte de las instituciones y las secretarías de salud, porque lo más probable es que aumenten las necesidades de atención y esos nuevos pacientes necesitan que se les trate adecuada y oportunamente.

De no tomarse medidas anticipadas, en el futuro podríamos estar derivando hacia el tejido social estas patologías que, por ahora, responden a la esfera individual o familiar y a la circunstancia puntual del confinamiento.

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Publicado por Editorial

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