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Editorial
Viernes 11 de junio de 2021 - 12:00 PM

Los bloqueos de vías desvirtúan la protesta social

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Como es lógico, a medida que el paro y la protesta social se prolongan en el tiempo, crece su proceso de deterioro y fatiga general, tanto para el primero, que cuenta con su dirigencia claramente establecida, como para el segundo, que carece de líderes consolidados y constituidos como tales; pero, así mismo, la dilación pone al Gobierno Nacional frente al mismo fenómeno, como se ve reflejado en las sucesivas encuestas que divulgan los medios de comunicación y muestran cada vez un mayor desacuerdo con la manera como el Presidente ha enfrentado la crisis.

La violencia que se ha desatado alrededor de las marchas que permanentemente se organizan en las ciudades y que involucra tanto a vándalos, como a miembros de la Policía, especialmente el Esmad, también ha tenido en los últimos días a algunos manifestantes envueltos en hechos de graves agresiones a miembros de la fuerza pública que, incluso, han visto su vida en riesgo, como acaba de suceder en Bucaramanga. La violencia y la violación de los Derechos Humanos es rechazable, obviamente, en cualquier dirección, pues esta norma cubre a todas las personas, sin distingo de ninguna clase, de tal suerte que ni los ataques a quienes protestan, ni a los agentes del orden pueden ser justificados bajo ningún presupuesto.

Además de este fenómeno, que ha dejado centenares de heridos, decenas de muertos y un número indeterminado de desaparecidos, está el de los bloqueos a las vías más importantes del país, una estrategia que hoy ya no solo hace un daño significativo a la economía de muchas regiones, sino que se ha convertido en el mayor deslegitimador del paro y de la organización social que busca sus propias reivindicaciones.

Los bloqueos no solo han estancado el abastecimiento en las grandes ciudades, sino que también han deteriorado el movimiento ciudadano y sindical. De hecho, la existencia de estos ha sido el punto insalvable más notorio por el que el arranque de los diálogos entre los organizadores del paro y el Gobierno no se ha dado aún. Así las cosas podemos estar frente a la paradoja de que los bloqueos de vías ahoguen la protesta social y lleven la situación no a un posible acuerdo en el que todas las partes obtengan sus victorias, sino a una negociación larga e infértil en la que todos seremos perdedores.

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Publicado por Editorial

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