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Editorial
Jueves 01 de junio de 2023 - 12:00 PM

No más indiferencia frente a la violencia contra los niños

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Todo parece indicar que el horror que sintió la opinión al conocer un caso de abuso de tipo sexual a un menor de siete años de edad, en un colegio, por parte de tres de sus propios compañeros de curso, va a profundizarse, pues lo que se está conociendo es que esta clase de agresiones son frecuentes en las instituciones escolares y ocurren sin que las directivas se enteren o sin que, aún sabiendo, hagan algo efectivo al respecto. Son dos posibilidades inaceptables, pues si algo esperan los padres de familia es que los colegios, además de educar a sus hijos, los protejan y les garanticen sus derechos, su integridad y su vida.

El último caso conocido es especialmente sensible, ya que en primera instancia se entiende que hay una víctima y tres victimarios, pero en el contexto real del suceso, al comprobar que los cuatro involucrados son niños de tan corta edad, hay que considerar que lo que tenemos es un grupo de cuatro menores víctimas de una sociedad en la que la familia ha perdido por completo la estructura tradicional y hoy es, lamentablemente en un número creciente, un núcleo en el que la violencia domina las relaciones interpersonales.

Después de haber dado la necesaria e inmediata atención a los pequeños relacionados con este acontecimiento tan doloroso, el foco debe dirigirse al sistema educativo, como base fundamental de la formación de conciencia de los niños, de la comprensión del mundo que ellos están formando y de los valores que están forjando para su futuro como individuos. La gran ironía de que sea precisamente en un colegio donde ocurran hechos que demuestran la carencia casi absoluta de educación de unos menores que muestran conductas tan discordantes, nos debe hacer reflexionar sobre la sociedad que estamos formando.

No podemos pensar ni que estamos frente a una situación generalizada, ni que hemos sido superados por el problema. Como padres, como docentes, como adultos, como miembros de una comunidad que tiene una responsabilidad especial hacia los niños para formarlos y cuidarlos, tenemos que reaccionar, pero no solo frente a casos puntuales, sino frente a la carencia institucional de respuestas ante una problemática de violencia y abuso que ocurre no solo en los colegios, en medio de la negligencia y la indolencia de todos. El problema no es únicamente de los niños o las familias que son agredidas, el problema es la indiferencia con la que la sociedad reacciona frente a las agresiones contra los menores.

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Publicado por Editorial

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