Esta es la historia de amores y desamores entre Avianca y Viva Air, a la que la Aeronáutica Civil le dio el sí oficial a su integración. Mientras pasó eso a la medianoche del 21 de marzo, mientras tanto la Superintendencia de Industria y Comercio los tiene en la mira porque esta última adquirió los derechos económicos de la primera y ejercía algunos derechos políticos, sin la previa autorización.
La Aeronáutica Civil confirmó el sí y le puso 6 condiciones a esa integración, que tiene tono polémico. A juicio de los competidores del sector aéreo, tras aprobarse la solicitud, estas dos aerolíneas concentrarían por lo menos el 50 % del mercado y se afectaría la libre competencia.
Viva Air insistió en que la integración con Avianca es el salvavidas para la crisis financiera que afronta, tiene $4 billones en obligaciones financieras, por lo cual se acogió a un Proceso de Recuperación Empresarial (PRE) en el que negoció 18 % de su deuda con 20 de sus acreedores.
Los más afectados son los pasajeros y usuarios, quienes pagan los platos rotos. Por ejemplo, estudios de las plataformas Kayak y Viajala puntualizan que los tiquetes nacionales se encarecieron 20 % para diversos destinos y, en otros casos, hay ciudades que se quedaron sin cobertura o sin rutas directas.
Además, la Asociación Colombiana de las Agencias de Viajes y Turismo (Anato) evidencia que estos agentes reportaron $8.000 millones en riesgo debido al cese de operaciones de la aerolínea de bajo costo.
Mientras tanto, el ministro de Transporte, Guillermo Reyes, denunció penalmente a Viva Air por la presunta comisión de los delitos de estafa agravada en modalidad masa, ya que la aerolínea recaudó antes del cese de su operación $272.000 millones por venta de tiquetes y la recepción de pagos de agencias de turismo.
La unión se da a puerta cerrada. El hermetismo continúa, mientras el mercado aéreo reclama libre competencia.
Periodista económico en Vanguardia. Magíster en Estudios Políticos, de la Universidad de Caldas. Comunicador Social – Periodista, egresado de la Universidad Pontificia Bolivariana. De La Guajira.
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