Alirio Castro, un hombre de 72 años que nació ciego, dice que "los ojos no son los únicos que pueden ver. El alma va más allá y trasciende una mirada". Además, según explica, ha aprendido a aprovechar más los otros sentidos.
“Nadie te enseña a vivir en la oscuridad, es uno quien decide si es luz para sí mismo o no. Yo, por el tono de voz, puedo saber si usted está alegre o bajo de nota; con el oído puedo saber si hay mucha gente a mi alrededor o si está a mi lado una persona simpática o amarga. Le cuento que esas voces algunos la definen como los sonidos del silencio", explica.