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Política
Miércoles 08 de marzo de 2023 - 12:00 PM

Petro mantiene su estilo para manejar las crisis de gabinete

La salida repentina de los ministros de Educación, Cultura y Deporte hace apenas una semana, hizo recordar su gestión durante su gobierno en la alcaldía de Bogotá en 2012, cuando en su primer año de mandato, 16 altos funcionarios renunciaron o fueron removidos de sus cargos sin previo aviso.

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Colprensa / VANGUARDIA
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En los momentos claves de su carrera política, Gustavo Petro ha tenido una manera muy propia de resolver las crisis.

Aunque por momentos, el hoy mandatario de los colombianos ha buscado atraer a sectores políticos diversos al suyo y apuntar a una convergencia más amplia (gracias a eso, precisamente, llegó a la Presidencia), hay momentos, en especial los de crisis, como el de esta semana, en los que tiende a todo lo contrario, a gobernar de una manera más personalista y refugiado en quienes le son más leales.

Durante su alcaldía de Bogotá, ocurrió algo similar: Petro llegó al cargo acompañado de varios importantes dirigentes de izquierda. En su primer año de mandato, 16 altos funcionarios ya habían renunciado o sido removidos de sus cargos sin previo aviso.

Una de las salidas más ruidosas, además de la de su secretario de Gobierno, Antonio Navarro Wolf, fue la de María Valencia, quien se desempeñó como secretaria de Hábitat y era pareja de Daniel García-Peña, uno de los asesores y amigos más cercanos a Petro, a quien habría conocido durante su militancia en el M-19.

La funcionaria se enteró de su despido a través de los medios de comunicación. Esto llevó a que García Peña presentara su renuncia por medio de una carta en la que expresó su descontento por la salida de Valencia, señalando que: “mi desconcierto no es sólo por tu decisión, sino más que todo por la forma en la cual fue tomada. (...) No se trata sólo de buenos modales ni de cuestiones de estilos. En la política, las formas son de fondo. No basta con tener los principios correctos ni la razón científica”.

Y concluyó diciendo, “La política del amor no es sólo una bella frase, sino un profundo replanteamiento de la política”.

Diez años después, durante el mandato presidencial de Gustavo Petro, la ministra del Deporte, María Isabel Urrutia, afirmó que no había recibido ninguna notificación por parte de la presidencia, y que “un edecán de la Casa de Nariño la sacó de la alocución presidencial y le informó que ya no era ministra”.

Algo similar habría ocurrido con Patricia Ariza, quien sostuvo que tampoco fue informada de su retiro y expresó con tristeza “que le hubiese gustado que Petro le hubiese dicho”.

En cuando al ministro de Educación, Alejandro Gaviria, salió de su cargo luego de que se filtrara un documento en el que él, junto con el ministro de Hacienda y la ministra de Vivienda, cuestionaba la propuesta del presidente sobre la reforma de salud.

Días después de las salidas de los funcionarios, el presidente Petro señaló a través de su cuenta de Twitter lo siguiente: “De mis ministros y ministras solo exijo lealtad con el programa de gobierno, cero corrupción y resultados”.

Para Carlos Andrés Arias, docente, analista y consultor en comunicación política, Petro “gobierna por Twitter, genera disposiciones de política pública por Twitter, nombra y desvincula a funcionarios públicos por Twitter”.

Arias también advierte que esta manera de gobernar puede llegar a ser muy problemática, puesto que le resta institucionalidad al gobierno. “Le restó capacidad de acción, en la alcaldía a los secretarios, y hoy a los ministros”, añade el analista político.

Según Arias, el mandatario nacional podría estar cometiendo los mismos errores en términos de su relación con sus redes sociales, ya que no utiliza canales institucionales para pronunciarse sobre temas de política que incluso son mucho más complejos, como la política internacional.

García-Peña dijo en una entrevista en 2022 con la BBC que uno de los cambios más significativos de Petro después de su paso por la alcaldía fue su desconfianza y “paranoia”. Señaló que durante su mandato como alcalde, el poder transformó su personalidad de ser un hombre “abierto y dispuesto a debatir”, en uno más desconfiado y “paranoico”.

La transformación del perfil político de Petro podría ser vista como un proceso de moderación y avance ideológico. Sin embargo, según Arias, estos cambios obedecerían más a su pragmatismo para llegar al poder que a una moderación ideológica.

Con el Pacto Histórico se puso en evidencia que, aunque posea una postura fuerte y con un amplio apoyo popular, Petro no puede actuar en solitario y requiere la colaboración de otras fuerzas políticas distintas a las suyas.

Un claro ejemplo de esto es la presencia de Armando Benedetti y Roy Barreras en su círculo cercano, políticos tradicionales y exuribistas.

Al respecto, su exasesor afirmó que esto no fue así durante su candidatura para la alcaldía. Para Petro nunca fue una opción “emplear tácticas deshonestas contra sus adversarios”, prefirió “centrarse en los aspectos positivos y constructivos de su campaña”.

Esto contrasta radicalmente con las conversaciones del asesor de comunicaciones de su campaña presidencial, Sebastian Guanumen, quien se hizo conocido por sus argumentos después de que se filtrara un video en el que sugiere que parte de su estrategia implicaba “correr la línea ética”.

Para el asesor político, otro caso claro de pragmatismo, fueron las recientes reuniones con los líderes de los partidos tradicionales como Efraín Cepeda, por el partido Conservador, Cesar Gaviria, por el Liberal y Dilian Francisca Toro, por el partido de La U cediendo y aceptando modificaciones sobre una de sus propuestas más polémicas: la reforma a la salud.

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Publicado por Colprensa, Bogotá

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