El sueño por un acueducto digno para la provincia comunera se mezcla en las aguas con el anhelo de una ruta que permita a los lugareños continuar de manera digna con sus prácticas agrícolas, y cuando se recorre la trocha que une a la vereda Vega de San Juan con la vereda Alta Cruz Baja, la tristeza de las anécdotas se hace presente durante el recorrido.
La dolorosa huella de aquel 16 de febrero de 2018 está presente, aquel fatídico día cuando un derrumbe ocurrido en el sector Casa Verde de la vereda Vega de San Juan acabó con la vida de Mauricio Rodríguez e hirió a Luis Aurelio Beltrán, Luis Vicente Beltrán y John Beltrán.
El triste recuerdo va acompañado con el sinsabor de saber que Mauricio se encontraba ese día manejando un bulldozer de oruga que era usado para atender, de manera personal, la solicitud de la comunidad para lograr mejorar la condición vial de los campesinos de Hato y Simacota.
“En la altura del Hojarasco, venía el 16 de diciembre para donde el señor Jorge Landínez, con mi esposa y algunos vecinos, me tropecé donde hicieron la mezcla de cemento, me fui sobre el abismo, y a agradecerle al compañero José Luis que me cogió así de la camisa y no me dejó caer”, narra Daniel Rodríguez González.
Los lugareños aseveran que solo faltan 30 metros de vía por intervenir en la única salida.