Rafael Acosta Wandurraga, secretario de Desarrollo Económico de San Gil, destacó cómo bajo el modelo asociativo los productores locales, especialmente las mujeres, vienen participando con éxito en convocatorias nacionales.
“Vamos a tener hasta sicólogo”, dijo Mariluz Silva Ardila, emocionada y con grandes expectativas sobre el proyecto que apenas empieza y en el que están vinculadas otras 39 mujeres del sector rural de San Gil.
Ellas, las madres de familia del campo sangileño, están dando ejemplo en la gestión y presentación de proyectos y en asociatividad, siendo esta última la clave en la consecución de recursos del Gobierno Nacional, con el apoyo constante de la Secretaría de Desarrollo Económico de San Gil, funcionarios con los que vienen trabajando de forma articulada.
El proyecto del que hace parte Silva es la construcción de cuatro invernaderos para la producción de hortalizas en el marco del programa Alianzas Productivas del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, en la fase 3.
Rodrigo Guarín, profesional de la entidad nacional y encargado de apoyar el desarrollo de las iniciativas en Santander y Norte de Santander, explicó que tras la aprobación de la iniciativa para el fortalecimiento Ovino Caprino en el municipio que se dio en la fase 2, los productores y autoridades del municipio manifestaron su intención de participar una vez más alianzas productivas.
En una reunión, sostenida el viernes de la semana pasada, Guarín le explicó a las productoras los detalles del proceso, que tiene previsto en lo que queda de 2022 adelantar todo los trámites administrativos, financieros y contractuales para que a inicios de 2023 esté todo listo para iniciar con la construcción de los invernaderos.
Entre esos puntos a cumplir está, por ejemplo, que las entidades cofinanciadoras garanticen los recursos. En este caso se trata de una participación del Minagricultura con $200 millones, Gobernación de Santander con $100 millones y alcaldía de San Gil con $50 millones, además de algunos dineros que aportarán los beneficiarios.
Uno más
Rafael Acosta Wandurraga, secretario de Desarrollo Económico de San Gil, destacó cómo bajo el modelo asociativo los productores locales, especialmente las mujeres, vienen participando con éxito en convocatorias nacionales.
Además de las alianzas productivas, dos proyectos - también de construcción de invernaderos - fueron seleccionados en la primera convocatoria de Reactívate Santander (programa financiado con recursos del Sistema General de Regalías) y ya se presentaron otros para la segunda convocatoria.
En el caso actual, la fase de Alianzas Productivas, serán cuatro invernaderos, cada uno para 10 mujeres, todas madres cabezas de hogar y pertenecientes a la misma asociación.
Acosta recordó que entre las condiciones que debían cumplir las seleccionadas estaba el que sus ingresos dependieran en más de un 75% de su actividad agrícola y, por lo tanto, ya debían ser productoras.
Silva Ardila, por ejemplo, que a diferencia de muchas de sus compañeras no lleva una vida dedicada al campo, contó que hace dos años llegó a la actividad agrícola por necesidad y hoy en su finca tiene yuca, fríjol y algunas hortalizas. La clave, expresó Acosta, es que ellas ya desarrollaban una actividad individual produciendo a pequeña escala.
La clave, expresó, es que estas mujeres ya venían desarrollando una actividad individual produciendo a pequeña escala y comercializando sus productos en la plaza de mercado de San Gil. Ahora, con el proyecto, la producción será comprada por un comercializador que trae el proyecto, en este caso una empresa de la Central de Abastos de Bogotá.
